Cap.4 Último beso

Fernanda, Ingrid, George y Gustav toda la mañana estuvieron en el restaurante platicando sobre lo que le paso a los chicos en la gira por Europa y las chicas sobre todo lo que hicieron por ese tiempo.


-Ingrid, ¿Todavía andas con…? Ah, ¿Cómo se llamaba? –Preguntó tratando de sonar indiferente Georg.

-¿Alexis? No, termine con él desde hace cuatro semanas –Respondió frunciendo el ceño.

-Oh, ¿Y por qué? –Preguntó, según él, sin importancia.

-Por inmaduro –Ingrid sabía muy bien que le interesaba- Detesto a los hombres inmaduros –Recalco alzando una ceja.

-Vamos Georg, ¡Admite que la amas! –Le grito Gustav. Eso hizo que Georg se ruborizara.

-¡¿Qué?! –Soltó sorprendido- Pero que estupideces dices Gustav –Bufó.

-También detesto que un hombre niegue sus sentimientos –Dijo Ingrid sonriendo de medio lado- Porque eso quiere decir, que son poco hombres y a mí no me gusta perder el tiempo –Advirtió.

Solo se escucho bulla departe de Gustav y Fernanda y Georg estaba más avergonzado que antes.

-Entonces… ¿Nos vamos Gustav? –Preguntó Fernanda.

-¡Claro! –Respondió levantándose- Nos vemos después Georg –Le dijo dándole un pequeño golpe en el hombro.

-Si claro, arruinas mi vida y después te vas como si nada –Bufó.

-Ese era el punto –Le respondió riéndose- Adiós Ingrid.

-Adiós chicos –Dijo ésta con una sonrisa.

-Entonces… -Musitó Georg cuando estaban solos ¿De qué hablar?

-¿Quieres ir de compras? –Preguntó Ingrid levantándose.





-Bien, ya estás en casa –Dijo Gustav cerrando la puerta- ¿Qué quieres hacer?

-Amm… -Volteó a verlo y sonrió. Se lanzó contra él y lo beso. Gustav, sin despegarse de ella, la cargo y se la llevo a la habitación. Al llegar, la recuesta con cuidado. Cada vez sus besos iban más rápido y eran de amor y deseo al mismo tiempo.







Algo desconcertó al guitarrista y era la alarma de su celular .Con cuidado, se separo de Debany y saco el pequeño aparato y le pone ‘pausa’. Esa alarma solo significaba una cosa.

No se quería ir, quería quedarse con su novia ahora, admirando las estrellas. Pero no podía, Annkatrin lo esperaba con ansias.

-¿Este podía ser nuestro lugar secreto? –Rogó Debany.

-Si mi amor. Vendremos para admirar el cielo juntos –La chica sonrió y se dieron su último beso.

Se despidieron de ese lugar para irse a su hogar.

Cuando llegaron, Tom subió a la habitación a cambiarse y Debany fue a checar la contestadora:

¡Hola! Soy Kathi. La que escuche primero el mensaje me regresa la llamada y si el que lo escucho fue Bill o Tom, es urgente.

-¿Urgente? –Se preguntó para ella misma extrañada.

-¿Quién era? –Preguntó el guitarrista bajando las escaleras.

-Kathia –Le respondió viéndolo confundido - ¿Vas a salir?

-Si… me hablo David, quiere arreglar unos pequeños detalles del disco, no me tardo nada.

-Ah… me lo saludas –Le dijo nada convencida ante sus palabras.

-Si, yo le digo. –Habló caminando hacia la puerta impidiendo que su novia le diera un beso de despedida.

Debany se quedo inmóvil al ver que la evito y eso la confundió más

-Sus palabras suenan honestas, pero ¿Por qué no le creo? –Pensó mientras escuchaba el rugir del motor del auto de su novio.