-

-
Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

29 dic 2010

Cap. 34 Dandole marcha al plan.

Bill y Tom estaban haciendo la acústica de la canción. Las dos amigas los escuchaban atentamente, habían terminado la canción. La voz angelical de Bill y la tonada perfecta de la guitarra de Tom hicieron que la canción sonora espectacular. Al terminar, las chicas empezaron a aplaudir.

-¿Y qué piensan hacer con la canción? –Preguntó Marcela.
-Agregarla al disco –Respondió seguro y todos voltearon a verlo confundido.
-Pero el disco…
-Ya sé que el disco salió a la venta hace meses –Interrumpió a su gemelo- pero ¿Y qué?
-Creo que te entiendo hermano.
-Antes de que sea la gira, hay que hablar con David de sacar un Cd con tres canciones inéditas.
-Okey –Su hermano estaba de acuerdo- Pero ¿las otras dos?
-Eso lo hablaremos con los demás.
-¿Y cuándo será la gira? –Preguntó Debany.
-En cinco semanas –Les respondieron los gemelos. Las chicas voltearon a verse y después miraron a sus respectivas parejas.
-¿Qué les parece si las llevamos con nosotros? –Les preguntó Tom dejando su guitarra a un lado.
-¿Enserio? –Quedó sorprendida Debany.
-¡Claro! ¿Entonces que dicen?
-¡Por supuesto! –Respondieron las dos.








Después de eso todo transcurrió normal. Bill le dijo a David sobre la idea de sacar el nuevo Cd con las 3 canciones inéditas. Él, sin reproches, aceptó de inmediato. Tardaron una semana en grabar las 2 canciones: 1000 oceans que en alemán es 1000 meere y la de ich bin da, que como el Cd era en inglés quedo como: By your side la 3° canción era nada más y nada menos que el sencillo que los llevó al estrellato “Durch den monzun” Esa canción a fuerzas tenía que estar ahí, para que las chicas/os que recién les gustaba Tokio Hotel supieran cuánto vale esa canción.
Marcela y Bill van a la laguna en las noches como antes, además, quieren aprovechar al máximo ya que cuando sea la gira no van a tener tiempo para nada. Marcela como lo prometió, le escribía a sus padres pero no cada mes, sino cada semana y ellos aún estando ocupados tienen tiempo para leerle los correos y contestarlos.
Tom y Debany en ningún momento han estado en la casa siempre salen ya sea a antros, cine, centros comerciales, están en donde sea. Por el momento, Tom le está enseñando a tocar la guitarra nada más y nada menos con su hermosa guitarra Gibson y en las noches se entregan al otro con tanta pasión y amor que nadie los podrá hacer sentir en la vida.
Cuando los cuatro chicos van con David y los demás productores a checar algunos detalles de la gira, las 5 amigas aprovechan para salir y tener su tiempo de chicas. Al fin todo volvía a hacer como antes… o eso es lo que pensaba Debany.
La gira había empezado antes que nada en el continente europeo. Los chicos les prometieron a sus novias que cuando vayan al otro continente las iban a llevar con ellos ya que era ahí cuando tenían menos posibilidades de verse, todos los días se hablaban para contarse como les iba en los conciertos.
Debany se dio cuenta que el diario, el recuerdo de su madre, no era simplemente para anotar cosas horribles porque había llegado a la conclusión que eso solamente iba a lograr que se ahogara en sus propias penas. Así que, lo único que hizo, fue empezar desde cero: ahora no iba a anotar cosas deprimentes, iba anotar todo lo que era vivir la vida, todo lo bueno que tiene el amor, las amistades y todo lo bueno de tener una familia porque aunque no la disfruto con sus padres la estaba disfrutando con sus amigos.
El día había llegado: al fin iba a reclamar lo que era suyo por derecho. No se sentía emocionada, nerviosa, triste, no sentía nada, pero se sentía segura de lo que hacía al fin y acabo es su herencia ¿Por qué había que temer?, se decía a sí misma, aunque la verdad… debería. Miguel la tenía bien checada al igual que a Marcela y sus seres más cercanos, en este caso, sus amigas y sus novios, lo que preparaba no era algo bueno, al fin podía vengarse de todos los que se entrometieron en su vida, uno a uno los iba apartar del camino, empezando con Marcela, esa chica que siempre ha estado con Debany apoyándola y después iba Tom y cuando quitara a todas las piezas del tablero, se iba a acercar con la que más le importaba, su plan iba a dar curso el día de hoy.







Debany estaba poniéndose los aretes, se empezó a inspeccionar en el espejo para ver si se veía bien con el conjunto que había elegido, al igual que Marcela
-Muchas gracias por acompañarme Marce –Le agradeció dejando el maquillaje en el peinador.
-Sabes que nunca te dejaré sola –Le recordó delineándose los ojos- ¿Ya le dijiste a Tom?
-Si, se sintió mal porque él quería acompañarme pero pues ¡no hay problema! ¿Lista?
-Claro –Le respondió tomando su bolso.
Las dos amigas salieron de la casa pidieron un taxi y llegaron hasta el centro de la ciudad. Se bajaron y caminaron hasta el notario público. Se fueron por un parque para cortar camino.
Marcela notaba algo extraño pero no sabía cómo describirlo, era como, si las siguieran
- Oye Deb… ¿no sientes que nos observan? –Preguntó nerviosa.
-No… ¿Por qué? –La vio confundida.
-Es que… yo sí, desde que nos bajamos del taxi –Le respondió voleando hacia atrás.
-¡No seas paranoica! –Le dijo divertía- Tal vez, estás nerviosa. Cosa que no deberías porque la de la herencia soy yo –Comentó riendo.
-No, no soy paranoica. Debany, últimamente he sentido que alguien me observa ¡Hasta Bill lo ha sentido! –Seguía diciendo dando miradas hacia atrás.
-Tal vez es porque estaban tristes por la gira ya que no se verían en un tiempo –Le dijo tomándola del brazo.
-Okey, ya vamos a llegar
Marcela, no dejaba de voltear hacia atrás, hasta que hubo un momento en el que Debany se hartó y detuvieron el paso.
-¡Marcela ya! –Le gritó tomándola de los brazos – Mira, ¡No hay nadie! –Le señaló todo el parque- Solamente están los niños jugando ¿Ves? Nadie nos sigue –Trataba de calmarla.
-¡No! Estoy segura de que alguien nos observa, Debany ¿En este tiempo no has sentido lo mismo que yo? –Le preguntó anonada.
-A-a veces –Le respondió bajando su mirada.
-¡Ves! No estoy loca –Le aclaró.
-Pero, no sé, tal vez sea un periodista que nos ha querido sacar fotos con Tom y Bill o algo así –Tenía que haber otra explicación.
-Bueno… -Calló un momento, no lo había pensado en ese modo- Supongo que debe de ser eso.
-Hay que apresurarnos –La actitud de su amiga ya la había hecho dudar.
Al fin habían llegado a la notaria. La secretaria le había avisado al abogado del difunto padre que Debany ya había llegado y en unos minutos la hicieron pasar.
-Buenos días señoritas –Las saludo- Siéntense por favor –Les pidió señalando las dos sillas. Cuando lo hicieron, el abogado miró con mucha ternura a Debany y dio una pequeña sonrisa- Se parece mucho a su madre.
-Ah…Gracias –Dijo mientras sus mejillas se ruborizaban. Marcela sonrió ante el comentario.
-Bueno ¿Y qué la trae por aquí? –Le preguntó sentándose.
-Vengo a reclamar la herencia de mi padre David –Al escuchar eso, el abogado frunció el ceño, acomodó sus brazos sobre el escritorio y su mentón descansaba en una de sus manos.
- ¿Herencia? Bueno… creo que eso no se podrá –Le respondió extrañado.
- ¿Y por qué no? –Preguntó confundida.
-Porque la herencia, no le pertenece a usted. –Al escuchar esa respuesta, Debany y Marcela abrieron los ojos como platos, no creían lo que estaba escuchando.
Marcela volteó a ver a su amiga quien tenía la boca abierta por la impresión.
-Pe-pero, mi mamá me dijo muy claramente que mi padre me había dejado todo a mí ¡Su única hija! –Le gritó molesta- ¿Acaso le dice a mi madre mentirosa? –Lo desafío.
-No, porque en efecto, la herencia era para usted –Aclaró esa palabra en pasado- Pero, tres días antes de su muerte, vino aquí y cambio al heredero –Le respondió como si todo hubiese sido ayer, lo recordaba muy bien.
-¿Lo cambió? –Preguntó anonada y se puso de pie- ¿Y a quién se lo dejó?
-A su segundo esposo, Miguel Benzner.
Ese nombre ¡Ese maldito nombre! Debany se imaginó a su mamá y a Miguel sentados en donde estaba ella hace un momento sonriendo, agarrados de la mano y estando muy segura de dejar la herencia en manos de él. Esa imagen se le clavó en la cabeza, se aferró muy fuerte de la silla… empezaba a sentirse mal, todo la oficina le daba vueltas.
De inmediato Marcela se levantó para sostenerla, el abogado se asustó y también ayudó a Marcela, la volvieron a sentar.
-Debany, amiga ¿Estás bien? –Le preguntó asustada. Ella solamente asintió.
-Y mi padrastro ¿Ya vino a reclamarla? –Esa pregunta vino de golpe. Debany no pensaba en lo que decía pero ya que lo había preguntado, esperaba la respuesta. El abogado se quedo callado aún preocupado por la salud de la chica- ¡Respóndame!
-Si –Reaccionó torpemente- Si vino ayer. –Debany se levantó y salió casi corriendo de la oficina dejado ahí a Marcela.
-¡Debany! –La llamó, pero fue inútil- Debany –Susurró anonada ¿Cuándo iba a terminar las desgracias para su amiga?- Gracias –Le dijo al abogado para retirarse en busca de Debany.
El abogado solo se quedó confundido ante la escena que había presenciado.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario