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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

19 dic 2010

Cap.24 Traición

Debany, Marcela y Alberto estaban sentados esperando su vuelo. Alberto, era el más tranquilo de los tres mientras que Debany, era la más impaciente: se levantaba, caminaba, se sentaba, no podía estar quieta.

-Amiga por favor, todo va a estar bien –Aseguró Marcela- ¡Te lo prometo!
-Si –Le respondió aún concentrada en lo suyo.
-Si, si, si –La arremedó- ¡Pero no te sientas! –Le gritó alterada.
-¡Ay perdón! –Se quejó.
-Ven… -Musitó Alberto- Siéntate conmigo –La chica asintió y se sentó.
Alberto la abrazó. Debany cada vez se sentía más confundida, realmente no sabía qué era lo mejor para ella en esos momentos.
Los tres guardaron silencio, solo observaron a los padres de Marcela acercarse hacia ellos. Rocío, les aventó un periódico y le cayó a Marcela en las piernas.
-¿Y esto qué? –Preguntó su hija confundida.
-Velo -Ordenó con una pequeña sonrisa. Marcela lo extendió y vio el reportaje-: ¿Por qué no nos dijiste que eras la novia del vocalista de la banda del momento? –Le preguntó encarnando una ceja.
-Ah y a la vuelta dice algo de tu amiga Beatriz –Avisó Héctor sin importancia.
-Es ‘Debany’ –Bufó- Un momento ¿Qué? –Soltó sorprendida. Marcela, sin ninguna expresión le paso el periódico.
Debany y Alberto lo observaron, no era algo que las dos querían recordar así que la amiga de Marcela se levantó y lo tiró a la basura.
-¿Porqué lo tiraste Anai? –Preguntó Rocío confundida. Debany suspiro cansada.
-En primer lugar; es ¡D-e-b-a-n-y! No Anai ni Beatriz –Les gritó en su cara- En segundo lugar: es algo que a su hija y a mí ya no nos importa ¿Ok? –Dejo en claro y se sentó a lado de su amiga ignorando a los padres de ésta.
-Ay Okey –Bufó Rocío- Pero que modales tiene tu amiguita –Se quejó revoleando los ojos. Debany por supuesto escuchó el comentario de la señora, pero decidió quedarse callada, era caso perdido discutir con personas como ella.
Todos voltearon hacia el techo al escuchar que anunciaban su vuelo. Los tres amigos se levantaron al mismo tiempo y se encogieron de hombros.
-Hay que irnos –Dijo Héctor y se adelantó con su esposa.
-Perdón por lo de mi madre –Le dijo avergonzada a Debany.
-No te preocupes Marcela, me acostumbraré –Le respondió con una sonrisa. La verdad, esperaba acostumbrarse.
Caminaron hacia la puerta del avión y entregaron los boletos.
Alberto, ya iba por el pasillo, pero Marcela y Debany se quedaron inmóviles observando el camino que los conduciría a un nuevo comienzo.
-Extrañaré esta ciudad –Admitió Marcela con un nudo en la garganta.
-Yo igual, pero volveremos, te lo prometo –Le sonrió. Marcela volteó a verla
-¿Siempre juntas? –Preguntó con una tristeza en su pecho.
-Pase lo que pase –Le respondió con una calidez en sus ojos.
El momento emotivo fue interrumpido por gritos esquizofrénicos de chicas que estaban en el aeropuerto. Debany y Marcela voltearon a ver qué pasaba confundidas, solo veían a guardias de seguridad correr de un lado a otro. Voltearon a verse y rieron, la situación fue algo muy gracioso.
Entraron al pasillo y cerraron la puerta detrás de ellas, subieron al avión y empezaron a buscar sus asientos.
-Primera clase, no me sorprende –Dijo Marcela irónica. Alberto y Debany rieron ante el comentario.
Ahora, solo era de esperar que el avión despegase.











Muchas fans estaban alrededor de los chicos impidiéndoles el paso ya que querían fotos, autógrafos, algo de ellos.
Ellos, con una sonrisa forzada accedían a las peticiones de la fans pero a veces era imposible ya que los empujaban. Andreas logró salir de ahí vivo, mientras que los de Tokio Hotel seguían acorralados. El mejor amigo de los gemelos se fue de ahí para ver si lograba ver a las chicas pero no las encontraba por ningún lado. Los guardias de seguridad llegaron y apartaron a las fans.
Los chicos, cansados, se fueron corriendo lo más rápido posible y alcanzaron a Andreas.
-¿Las encontraste? –Preguntó Tom desesperado.
-¡No las veo por ningún lado! –Respondió Andreas aturdido.
-Gustav, ¿A dónde dijiste que se iban? –Preguntó apresurado Bill
-A España –Le respondió y el gemelo menor corrió a informes para saber sobre el vuelo a ese país.
Tom observaba a su gemelo, buscaba una buena noticia en su rostro. Pero al verlo, no fue lo que esperaba.
-¿Qué te dijo Bill? –Preguntó con un dolor en su pecho.
-El avión despegó hace cinco minutos –Respondió acabado.
-Estas… ¿Estás seguro? –Preguntó anonado.- Tal vez ¡la chica no se fijo bien! ¡Ve y pide que haga bien su trabajo por favor! –Gritó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.
-¡Lo revisaron tres veces Tom! –Le gritó con su garganta desgarrada.
-No… ¡No! –Su gemelo no quería hacerse a la idea- ¡Debe de haber un error!
-No, ¡Ellas ya no están en este país! –Y al decir eso se sentó en esas sillas incomodas para poder llorar en silencio.
Tom, se sentó a un lado de Bill para sollozar junto con él.
Gustav, Andreas y Georg y se voltearon a ver, se sentían culpables ya que si hubieran hablado antes, las chicas seguirían en el país.
-Creo que… les tenemos que decir otra cosa –Informó Georg mordiendo su labio inferior. No sabía exactamente cómo iban a reaccionar.
-Ahora no es el momento –Amenazó Tom con los ojos llorosos.
-Si, sí lo es –Aseguró Georg.
-En la madrugada… -Habló Gustav dando un suspiro-… llegó Marcela a la casa de Fernanda buscando a Debany –Bill, al escucharlo se levantó.
-¡¿Por qué no me hablaste?! –Le preguntó confundido.
-Yo todavía no sabía lo que pasaba… hasta que llegó Debany –Al escuchar eso, Tom volteó a verlo.
-Ella, nos había comentado que se iría de la ciudad, después Marcela quiso irse con su amiga. Nosotros tratamos de convencerlas para que se quedaran –Dijo Andreas- pero ¡no nos escucharon! Y algo que nos saco de onda fue… que dijo que volvería cuando cumpliera los 18.
-Debany… ¿¡Estuvo con ustedes y no nos dijeron nada?! –Preguntó aturdido Tom- En cambio ¡Tuvieron que esperar a que esto sucediera!
-¡¿Por qué no hablaron?! ¡¿Por qué?! –Preguntó Bill desesperado.
Toda la gente que estaba en el aeropuerto voltearon a verlos, los chicos se dieron cuenta, no querían causar más escándalo así que bajaron la voz- vamos afuera y ahí nos aclaran todo
-La verdad, no sé porque nos quedamos callados. –Confesó Andreas avergonzado. Tom lo agarró de la camisa, se le notaba lo furioso que estaba.
-¡Se supone que eres nuestro mejor amigo y nos haces esto! –Le reclamó entre dientes.
-¡Perdón Tom! –Le dijo apartándose de él bruscamente- ¡Pero ellas también son nuestras amigas!
-Nunca se los perdonaré ¡Nunca! –Aseguró el de rastas.
-Tom –Musito Gustav- cometimos un error pero…
-Yo ya no quiero escucharlos –Le interrumpió- ¡De ustedes ya tuve suficiente! –Dijo con asco y se subió a su auto.
Bill solo les ofreció una mirada de decepción y siguió a su gemelo. Arrancaron el auto dejando a los chicos en el estacionamiento

Continuara***

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