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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

3 ene 2011

Cap.2 No voltees.

El de trenzas cambió su mirada por una de asco y de odio que hizo que Ashley volviera en sí. Al fin pudo notar como las dos chavas la miraban con tanto odio, pero aún esas dos miradas juntas no se comparaban con la del chico. Cada vez se le hacía más pesada, así que se volteó y agachó su cabeza poniéndose nerviosa. Sentía que el todavía la observaba y de la misma forma. Kathia pudo notar lo que pasaba, hasta ella pudo sentir ese odio inexplicable.

-Vámonos Ashley –Se levantó del columpio y extendió su mano- capaz que ahorita venga y te golpeé –viendo al de trenzas. Después dirigió su mirada a las dos chicas que estaban con él.
Ashley asintió y tomó la mano de su amiga. Las dos se alejaron lo más posible de ahí. Caminaron varias cuadras hacia abajo, sin decir ninguna palabra, para seguir conociendo la colonia. Cuando estaban lo suficientemente alejadas Kathia decidió romper el silencio.
-¿Notaste lo raro que era ese chico? –Ashley no le contestó seguía aturdida y nerviosa por la mirada del de trenzas- ¿Ashley? ¡Hey mensa! ¿Sigues conmigo? –Pasando su mano por la mirada de su amiga varias veces.
-Si –reaccionando- aamm ¿Qué me dijiste? –Confundida.
-¡Que si notaste lo raro que era ese chico!
-Por... ¿cómo me miraba? –Preguntó nerviosa.
-Si y también por cómo era... pálido y no se... se le notaba algo frío o no sé cómo explicarte.
-Hay Kathia ¿Solamente por eso? Mira, no juzgues a las personas antes de conocerlas: Hay varios chicos pálidos y lo de frío... ¿Cómo sabes si realmente es así?
-Ashley con el simple hecho de cómo te miraba ¡Parecía que quería matarte! –Ashley se puso tensa ante el comentario- Creo que todos los de aquí están locos, primero esas mujeres y luego ese, ósea... se ve que son muy amistosos –sarcásticamente.
-Lo sé. Mira es mejor ya no hablar de eso, tuvimos un mal comienzo...
-¿Tuvimos? –Preguntó Kathia algo divertida.
-Okey –Revoleando los ojos- “Tuve”, tuve un mal comienzo con “los lindos vecinos” pero mañana comenzaré el día con el píe derecho –Dijo poniendo su cabeza en alto y sus manos en su cadera.
-Si es que el chavo ese no te mata –Soltó una pequeña risa.
-¡Ash! Ya olvídalo Kathi, no quiero recordarlo, la verdad si me dio miedo su mirada.
-Y a quien no –pensó Kathia.
Siguieron caminando dejando ese tema en paz, o eso es lo que trataba de hacer Ashley, pero era difícil sacarse a ese chico de la cabeza. Aún cuando la miro con tanto rencor, quedó encantada con su belleza, pero una incógnita que tenía ella era el porqué se le hacía conocido si era la primera vez que lo veía o tal vez no. Tal vez lo vio cuando estaban en el aeropuerto o camino a la casa, así que comenzaba a pensar donde pudo a verlo visto.

















Claudia y Flor recogían la casa como locas: Sacudían; acomodaban sus pertenencias; barrían; sacudían; acomodaban sus pertenencias. Esa rutina se repetía una y otra vez al igual que estar volteando a ver el reloj que estaba en una pequeña mesa, ya se estaba haciendo tarde y sus hijas no regresaban, eso las comenzó a preocupar.
-Fue mala idea dejarlas ir solas a conocer el vecindario –Dijo Flor muy preocupada.
-Ellas nunca comprenderán que ya están grandes y tienen que empezar a madurar –Dijo molesta Claudia- Vamos a esperarlas 15 minutos más, sino llegan vamos a buscarlas. –Flor asintió mientras comenzaba a molestarse.
Siguieron limpiando la enorme casa antigua, así es, todas las casa de ese vecindario eran grandes, hermosas y antiguas, eran de los tiempos del siglo 17.
Los 15 minutos habían pasado ya y no había rastros de sus hijas. Las dos señoras fueron por un suéter ya que estaba fresco y las iban a ir a buscar a pie. Justamente cuando se dirigían a la sala se escuchaba que alguien tocaba la puerta, se dirigieron hasta ella lo más rápido posible con la esperanza de que fueran sus hijas, pero al momento que Flor abrió la puerta sus esperanzas se fueron abajo.

















-Que hermosas casas –Dijo Kathia admirada por el tamaño de esos hogares- nada comparado con las de Monterrey.
-Me dan miedo –Contestó nerviosa Ashley viendo una casa, al parecer, vacía- te dan un aspecto de película de terror y luego todas están vacías.
-No están vacías, a lo mejor la gente que vive ahí salió o están durmiendo o que se yo, porque la verdad se ven que están muy bien cuidadas.
-¡Eso no les quita lo feo! –Viendo hacia el frente- ¿seguimos caminado o qué?
-Mmm…–Viendo al cielo- está comenzando a oscurecer, mejor hay que regresarnos. –Se da media vuelta.
-Okey y aamm ¿por dónde nos vamos?
-¡¿No pusiste atención?! –Preguntó alterada Kathia.
-No, pensé que tú te ibas grabando el camino –Kathia negó con la cabeza nerviosa- hay no... ¿Ahora como le vamos hacer? –Comenzando a asustarse.
-Tranquila, sé que me tengo que acordar. A ver, nos vinimos por aquí –Señalando una cuadra a la izquierda- no, no –Volteando hacia otra calle- Creo que fue por acá –viendo atentamente- si fue por allí porque por ahí es el parque –Dijo segura.
-No Kathia, estas mas perdida que nada, el parque no queda por ahí está más arriba, pero no se por cual calle meternos –Dijo tratando de recordar.
-Mejor hay que seguir caminando entre todas las calles a ver si vemos el parque.
- Okey.
Caminaron más calles y el cielo ya estaba completamente oscuro. Ellas pensaban que con cada calle que avanzaban se acercaban más a su casa, pero estaban equivocadas, por cada calle que avanzaban se alejaban más y más.
Llegaron a una calle donde había poca iluminación y no se veía movimiento alguno en las casas.
-¿Tenemos que ir por ahí? –Preguntó Kathia asustada.
-Mira hay que caminar hasta la esquina y si no vemos nada nos regresamos –Kathia asintió y tragó saliva.
Las dos, inseguras, se internaron a esa calle silenciosa. Kathia pudo observar que las enormes casas de esa colonia estaban abandonadas, ya que no tenían vidrios, el césped enorme y seco, las casas ya no tenían color y algunas puertas estaban trozadas o simplemente no había, esas casas ahora si eran tétricas. El viento movía el césped y hacía un sonido tenebroso.
Ashley empezó a ponerse tensa al sentir que alguien las observaba y se incomodo más al sentir que las observaban de la misma forma que ese chico de trenzas, veía de reojo las casas. Nada. Todo en completa oscuridad y tranquilo, solamente se escuchaba el sonido del viento y el eco de sus pasos, pero ella estaba segura que no estaban solas, que alguien las seguía, solamente que no tenía el valor de voltear. Su corazón comenzó a latir rápidamente del miedo al sentir que esa persona se acercaba cada vez más, aunque no se escucharán sus pasos.
Kathia se estaba muriendo del miedo con el simple hecho de ver esas casas, pero al ver a su amiga tranquila se quedó sorprendida.
-Te asustaron las casas en donde si habían gente y estás que están solas y si dan miedo, no te asustas, ósea ¿¡Qué tienes en tu cabeza!? –Dijo susurrando.
-Kathia... –Cerrando los ojos- no sabes como estoy por dentro –También en susurro- Mejor hay que regresarnos.
-Si, mejor –Dijo aliviada. Apenas iba a dar media vuelta cuando Ashley la detuvo de la muñeca-¿Qué pasa?
-No voltees –Dijo casi rompiendo en llanto.
-¿Por qué? –Preguntó confundida.
-Siento que alguien está aquí con nosotras.
-¿Segura? –Ashley asintió- ¿Y cómo lo sabes? –Preguntó nerviosa. Ashley levantó sus hombros diciendo “no sé”.
-Es la misma sensación que tuve cuando me vio ese chico –Aún con los ojos cerrados.
-Tal vez sigues nerviosa por eso, estoy segura que no hay nadie siguiéndonos ¿Okey? –La abrazó- ¿Tan horrible fue su mirada? –Preguntó para sus adentros Kathia.
Un sonido horrible, que hizo eco por todas las casas, logró que las dos amigas se separaran bruscamente.
-Te dije que alguien estaba aquí –Musitó tragando saliva.

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