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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

1 feb 2011

Cap.33 La verdad del pequeño Kaulitz

Kathia mantenía su distancia, el coraje y la impotencia se apoderaba cada vez más de su cuerpo.

El pequeño de los Kaulitz, tan magnífico con su chaqueta de cuero colgada en su hombro, caminaba como todo un modelo por las calles oscuras de la ciudad. Comenzaba a aumentar el paso, Kathia no lo podía perder de vista, así que también hizo lo mismo.
Bill daba vuelta en cada esquina, cada vez se alejaban del hospital. Tal vez es mejor dejar todo así, Kathia no conoce todavía muy bien la ciudad y luego para regresar será todo un problema. No. Se quitó rápidamente ese pensamiento, lo que le pasó a Travis no se iba a quedar así.
Cuando se dio cuenta, Kathia ya estaba sola en esas calles desiertas del centro de Alemania. Caminó hasta el centro de la calle: cuatro opciones ¿Cuál elegir? Todo tan oscuro, solo una farola iluminando en donde ella estaba. Logró ver que algo se movía, tal vez era Bill. Mantuvo su mirada en ese sitio. Si era él, su peinado extravagante lo delataba. Corrió entrando a esa calle, callejón sin salida y Bill, al parecer, no estaba ahí. Soltó un pesado suspiro y dio media vuelta y al verlo enfrente de ella dio un pequeño brinco hacia atrás del susto.


                                                                
                                 [Acompañar el siguiente fragmento con la siguiente canción]



-¿Qué quieres? –Preguntó Bill fríamente. Kathia lo veía atónita, estaba segura de que lo vio entrar en esa calle, como… ¿Cómo logro eso? Sacudió su cabeza y se puso firme rápidamente. El eco de la bofetada brindada de Kathia resonó por toda la calle. Su mano le ardía, pero el coraje que sentía en ese momento era más fuerte y el ardor se esfumó completamente. Bill ladeó su cabeza solo un poco y la volvió a girar hacia Kathia.
-Te odio –Dijo entre dientes.
-Hubiese deseado que el golpe me doliese más que tus palabras –Su voz sonaba apagada. A la chica le extraño la forma en que lo dijo.
-Te odio –Volvió a decir- te odio, te odio –Repetía aumentando el volumen de su voz con cada frase que pronunciaba- ¡Te odio Bill Kaulitz! –Se lanzó a él golpeándolo repetidamente en el pecho del muchacho con todas sus fuerzas- ¡Te odio! –Gritó en un sollozo. Todos los perros y gatos de esa zona comenzaron a alborotarse causando que las alarmas de los carros sonasen. Bill solamente movía su cuerpo ante los golpes que recibía de la triste y molesta chica
- Te odio –Parecía que era la única palabra que se sabía en ese momento. Kathia comenzaba a ahogarse en sus propias lágrimas, no tenía fuerzas para seguir golpeándolo pero aún así no se detenía. Las manos de la chica se adormecieron, Bill solamente cerró los ojos, comenzaba a hartarse
-Ojalá y sufras ¡Ojalá y seas infeliz en toda tu maldita vida! -Gritó fuera de sí.
-¡Basta! -Gritó. Todo el mundo se calló ante el grito del joven. Kathia volteó a verlo, algo difícil, las lágrimas cubrían completamente sus ojos- Es inútil ¿No lo vez? ¡Todo lo que haces es inútil! –Soltó incrédulo- Golpéame, grítame ¡Mátame! Pero eso no servirá de nada –Gritaba perdiendo los estribos. Kathia comenzaba a retroceder, tenía miedo de que la lastimara. Bill inmediatamente la detuvo agarrándola de sus antebrazos- Kathia ¡Mírame! –Ordenó- ¿Crees que tus golpecitos me lastimarán? Por dios ¡Nada lo hará! ¿Es que no lo entiendes? –Preguntó desesperado.
-¡Quítame las manos de encima ya! –Ordenó llorando. No lo quería escuchar. Bill actuó ante la orden de la chica- Por tú culpa Travis está en coma –Dijo tratando de calmarse- ¡Por tu culpa se puede morir!
-Sí es por mi culpa, ¡¿Por qué no me denuncias, eh?! –Preguntó de golpe. Kathia calló y lo miró sorprendida- ¡Anda, denúnciame! No negaré nada ¡Que caiga todo el peso de la ley sobre mí! No me opondré, Travis no se merecía esto –Confesó esto último en susurro mientras sus ojos se humedecían- Por favor Kathia… hazlo, denúnciame. Quiero.... –Se detuvo por un momento- quiero que me encierren, prefiero pudrirme en una fría celda que seguir aquí afuera… -Y ahí callo, no pudo o no quiso terminar la frase.
-No –Respondió con un nudo en la garganta- No quiero.
-¿Porqué? –Preguntó desesperado.
-No te volvería a ver –Contestó pasando saliva con dificultad.
Bill dio un grito, comenzó a caminar en círculos y a agarrarse la cabeza con desesperación.
-Tom tenía razón ¡Tenía razón!
-¿De qué hablas? –Preguntó confundida.
-Nunca debí de hablarles, no debí de acercarme a ustedes. Ya sabía exactamente lo que iba a ocurrir –Dijo mordiéndose el labio tratando de no soltar un sollozo.
-¿A si? Y según tú ¿Qué iba a ocurrir? –Preguntó confundida.
-Destrozarles la vida –Respondió en seco- como siempre lo hemos hecho –Terminó caminando hacia ella.
-¿Siempre? –Preguntó soltando una risa nerviosa- Bill… te acabo de conocer. –El negó con la cabeza.
-Me conoces desde hace 840 años –Contestó en susurró. Una brisa se dejó venir chocando contra el rostro de Kathia, parecía que le decía que se alejara de él. Y eso es lo que pensaba hacer.
-Estas loco –Musitó retrocediendo- ¡Aléjate de mí! –Gritó y se echó a correr lo más rápido que sus piernas le permitieron.
La desesperación y el miedo invadía su cuerpo, Bill estaba, ya en una esquina, esperándola.
-Te enamoraste de mí y yo de ti.
-¡No! –Agachó su cabeza y corrió más rápido. Otra vez Bill estaba en el extremo de otra calle con su chaqueta de cuero ya puesta.
-Nuestro amor era imposible, pero lo más hermoso que nos ha pasado a los dos.
-¡Cállate! –Gritó entre sollozos.
-Nos amaremos hasta el final de los siglos –Susurró en su oído. Kathia volteó pero no había nadie. Esa distracción hizo que se tropezará y cayera al piso.
-¡Agh! –Se quejó agarrándose su rodilla. Vio hacia atrás, el hermoso de Bill se acercaba a ella.
Se levantó como pudo y se echó a correr tratando de ignorar el dolor de su rodilla. Bill, nuevamente, esperaba en la esquina, recargado en la fría pared.
-Siempre te observó por tu ventana, estoy cerca de ti aunque no te des cuenta. He esperado tu regreso por más de 63 años.
-¡Déjame!
-¡Me amas a pesar de que soy un asesino!
-¡No, no, no! –Lloraba sin control. No puede ser, esto no es real
-¿Quieres saber todo? ¿Quieres saber la respuesta que aclarará tus dudas?
Kathia se había alejado lo suficiente, se escondió atrás de un enorme contenedor de basura mientras trataba de recuperar el aliento.
Comenzaba a entender el comportamiento extraño de Bill, su belleza extra normal. También recordó cuando sentía que alguien la seguía. Era él, él siempre ha estado con ella, pero es imposible ¡Esos seres no existen!
No había ruido alguno, logró escaparse de él. Se asomó con cuidado y vio una sombra pasar. Rápidamente se volvió a recargar en la pared metálica de ese contenedor.
-Ah… -Es lo único que logró decir sin que se le escapará un grito.
-Soy un vampiro –Lo confesó al fin enseñando sus perfectos y blancos colmillos.
[Poner Pausa al video]














-¿Dónde está Kathia? –Le preguntó Ashley a Strify.
-No lo sé. Yo fui por agua y cuando regresé ella ya no estaba –Contestó dándole un sorbo al vaso que traía en su mano. Ashley entornó los ojos y dio media vuelta- ¿A dónde vas? –Preguntó deteniéndola del brazo.
-A buscarla ¿No es obvio? –Preguntó sarcásticamente soltándose de su agarre.
-¿Para qué? Ella regresará. –Dijo con una fría sonrisa.
-Me sentiría mejor si voy a buscarla –Contestó evitando su sonrisa.
-El domingo saldrás con Kiro ¿verdad? –Ashley se volteó para quedar frente a frente con él.
-Si pero…
-El está muy emocionado, no deja de hablar sobre ti y solamente repite ‘Ya quiero que sea domingo’. Realmente harta, parece un niño –Rió al igual que la chica.
-Yo también espero que sea domingo –Dio media vuelta y salió del hospital- No, yo no espero que sea domingo –Pensó nerviosa.
Ryan estaba también afuera… ¿Fumando? Ashley se acercó a él arrebatándole la colilla de cigarro.
-¿Desde cuándo fumas? –Preguntó molesta.
-Desde hace mucho –Afirmó y trató de quitarle el cigarro- ¡Dámelo!
-No, ¿Sabes cuánto daño hace esto? ¡Te puede dar cáncer en los pulmones o que se yo! –Dijo preocupada.
-Por dios, no seas amargada –Bufó.
-¿Amargada? –Preguntó atónita.
-Sabes que, quédatelo. Tengo una cajetilla llena –Le avisó dejándola sola y con las palabras en la boca. Ashley tiró el cigarro y de una pisada lo apagó.
-Ryan… espero que algún día me puedas perdonar –Susurró encogiéndose de hombros. Bajó su mirada y observó como el frío aire se llevaba el poco humo de lo que quedaba del cigarro.
-Ashley –La llamó agarrándola de los hombros- Ya me enteré de lo sucedido con Travis ¿Cómo está Kathia?
-Mal Tom, nunca la había visto así y ahorita no sé donde esta –Respondió dando media vuelta para abrazarlo.
-¿Saben quien fue? –Cuestionó descansando su barbilla en la cabeza de la chica.
-Perdóname Kathia –Pensó y cerró muy fuerte los ojos- Fue Bill.


Continuara***
Lo siento en verdad, pero me acaban de decir que me quitarán el internet ya que me mudo de casa, espero que no tarden en contratarme el nuevo para seguir colgando los capitulos, los quiero <3

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