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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

19 mar 2011

Cap.62 Nuevo hogar.

-Mi cabeza… ¿Por qué me duele tanto? –Pensó la chica de cabello negro reincorporándose completamente. Abrió lentamente sus ojos y… no había nada. Estaba completamente negro- Pero qué… -Susurró asustada. Parpadeaba una y otra y otra vez. No conseguía ver nada- ¿¡Qué pasa?! –Preguntó desesperada. Seguía estando oscuro. Ella odiaba la oscuridad- ¿¡Donde estoy?! ¿¡Tom?!... ¡¿Kathia?!... ¡¿Alguien?! –Gritaba anonada. No entendía nada ¿Qué es lo que pasó? ¿En dónde se encontraba?

Lentamente se puso de pie. Estaba en medio de la nada, en la completa oscuridad.
-¡¿Hola?! ¡Hey! –Gritaba mientras se le formaba un enorme nudo en la garganta.
Estaba sola…
-¿Ashley? -…O tal vez no. Ese llamado se escuchó a lo lejos.
-¿Kathia? –Preguntó para ella misma sorprendida- ¿¡Kathia?! ¡¿Dónde estás?!
-¡Ashley! ¡Ayúdame! –Rogó.
-¡¿Dónde demonios estas?! –Preguntó desesperada.
-¡Ayúdame!
Puso un pie adelante del otro y después el otro a delante de éste. Comenzó a andar a ciegas. Extendió sus manos, tratándose de guiar de ese modo. Pero la verdad, no había nada que tocar. Se escuchaba las gotas de agua caer y en el piso había grandes charcos.
-¿Qué este lugar? –Susurró- ¡Kathia, háblame! –Ordenó.
-¡Ashley! ¿Dónde estamos?
-¡No lo sé! Tú sigue hablando –Le contestó sin detener su marcha.
-¡Tengo miedo! ¿Dónde está Bill?
-No lo sé –Susurraba- K-Kathia, por favor no te calles… trato de guiarme con tu voz.
-Tengo miedo –Repitió la chica de cabello castaño.
-Yo también –Confesó mientras se detenía. Había jurado escuchar los pasos de alguien. Y de la nada, una luz la cegó completamente. Era la luz del sol. Cuando pudo recuperar la visión, vio que su amiga estaba a tan solo dos pasos más.
-¡Kathia!
-¡Ashley! –Las dos corrieron a abrazarse- ¿Dónde estamos? –Preguntó confundida. No era la mansión, era… era una habitación en medio de la nada- ¿Dónde están los chicos?
-Kathia… te juro que no se qué está pasando –Respondió encogiéndose de hombros. Las dos voltearon hacia la puerta y después, se miraron mutuamente- Ven, tenemos que irnos –Agarró la mano de su amiga y las dos caminaron hacia la pequeña puerta pero…
-¿A dónde creen que van?
-Tú… -Musitó sorprendida Ashley ¿Cómo? ¿En qué momento?
-Ustedes no irán a ningún lado… jamás –Avisó caminando hacia ellas.
-¡Aléjate Strify! –Ordenó Kathia.
-¿Cómo nos encontraste? –Susurró anonada la chica de cabello negro.
-Digamos que... una ‘gatita’ nos fue con el chisme –Le respondió sonriendo de medio lado- Y después, nada fue difícil. Sus queridos amigos son unos débiles –Dijo burlándose al recordarlo.
-Te equivocas –Le reto Ashley- Ellos son más fuertes de lo que crees.
-Si son fuertes… ¿Qué hacen ustedes aquí? –Les preguntó alzando una ceja. La chica solo negaba con la cabeza.
-Vendrán por nosotras –Le hizo saber la chica de cabello castaño- Tenlo por seguro.
-Sería el mismo resultado. No querrán ver a sus amores despedazados ¿Verdad?
-Ustedes son los que morirán. No los subestimen –Advirtió nuevamente. Nunca demostraron temor ante él aun estando solas.
-Y créeme que cuando te vea suplicando por tu vida, yo me reiré en tu cara –Confesó Kathia esbozando una enorme y sincera sonrisa. Strify alzó su frente y en un parpadeo tenía a la chica contra la pared.
-Yo reiré más cuando descubras que el idiota de Bill te ha abandonado, cuando descubras que siempre has estado sola, cuando veas que nunca tendrás esperanza, cuando seas mi alimento –Disfrutó al decirlo, se pudo sentir.
Apretaba cada vez más su cuello, quería matarla ya… quería… besarla.
-¡Suéltala imbécil! –Gritó Ashley corriendo hacia él. Agarró sus muñecas y trataba de hacer que la soltara. Pero era imposible- ¡Strify, No! –Rogó al ver que su amiga cerraba sus ojos.
-Te mataré, lo haré en estos mismos momentos –Decía entre dientes mientras apretaba más su cuello.
-¡Strify! –Rugió alguien a sus espaldas. Hubo una horrible tensión en ese momento- ¡Suéltala!
-Lo haré ¡Cuando este muerta! –Afirmó.
-¡No seas imbécil! –Le regañó caminando hacia ellos- Te matará él sí descubre lo que hiciste. Déjala.
Poco a poco fue soltándola. Kathia, cayó al suelo al quedar completamente libre, su amiga se hincó para poder ayudarla.
Desde que Ashley escuchó su voz, no ha volteado a verlo. No quiere, después de las seguidas pesadillas que ha tenido con él.
-Kathia… respira, tranquila, ya pasó –Le susurraba a su amiga para que poco a poco se reincorporará- Vamos Kathi… respira.
-Vaya, vaya. Ashley… hace mucho que no te veía –Dijo Kiro. Ésta no respondió, solo se dedicaba a su amiga.
-Eso es Kathi… tranquila –Le susurraba mientras acariciaba su frente. Kiro y Strify voltearon a verse entre sí.
-¡Ah! –Se quejó la chica de cabello negro ya que Kiro había jalado su cabello hacia atrás.
-Te estoy hablando –Le dijo tranquilo- Contéstame cuando lo haga.
-Hola Kiro, no es un placer volver a verte –Saludó entre dientes. Kiro bruscamente la soltó.
-Al parecer no te enseñaron modales, pero no te preocupes yo me encargare de darte clases. Ahora ¡Levántense! –Ordenó agarrándola del brazo- Que las llevaremos a su nuevo hogar –Les avisó con una sonrisa.
-¿Qué nos harán? –Preguntó asustada Kathia al ponerse de pie.
-Nada –Respondió Strify desapareciendo de su vista- No todavía –Le susurró en su nuca causándole un enorme escalofrío a las dos amigas.
Su pesadilla, a lo que más le temían… por fin había llegado: La muerte.

















De la nada, ya estaban encerradas en otro lugar, ocultas de los rayos del sol. En todo ese tiempo vivieron a oscuras. Solo veían tenues cortinas de luz cuando alguien les traía de comer o de beber.
Estaban demacradas, no comían lo que les traían: Pan duro, una horrible crema y carne de ciervo acompañado de agua. Pero ni siquiera el agua sabía bien.
Realmente no sabían donde se encontraban ni cuánto tiempo había pasado desde que las tenían cautivas.
Cada noche, se preguntaban si Tom y Bill se acordaban de ellas, de su amor.
Kathia trataba de pegar el ojo, pero no podía dormir teniendo en cuenta que en cualquier momento vendrían a matarlas ¿Quién puede dormir teniendo eso en mente? Estaba completamente aterrada, ya ni el recuerdo de Bill la mantenía tranquila.
Ashley, ni siquiera intentaba descansar, sus esperanzas se iban como los días pasaban. Ya tenía la idea que en cualquier momento volvería a ser alimento como décadas atrás. Pero ¿Qué más da? Realmente, es lo único que es: una fuente de energía, nunca fue una persona.
Aún con sus esperanzas perdidas, le gustaba admirar una foto. Una linda foto que robo aquél día en la biblioteca: era de un niño, un niño hermoso y sonriente que, en ese entonces, tenía vida en sus ojos. Tom.

Continuara***
Bien... como siempre, espero que les haya gustado este capitulo, me iré a escribir otra novela Amor Ciego ¿Qué les parece? ;)

18 mar 2011

Cap.61 Siempre habrá peligro

                            [Acompañar el siguiente capitulo con el video]




-¡No dejen que Verónica escape! –Tarde, ya no estaba.

-Andrea, Beatriz ¡Llévenselas ahora y huyan lejos! –Ordenó Bill.
Los cuatro hombres las defenderían como fuese posible. Los sentían estaban cerca, demasiado cerca para poder escapar.
-¿Adonde creen que llevan a nuestro alimento? –Preguntó él más infantil de ese grupo, quien estaba recargado en la puerta obstruyendo el paso.
Andrea y Beatriz retrocedieron de un brinco al verlo ahí. Dejaron a las dos chicas inconscientes en el suelo.
-¡Kiro! –Rugió Tom y rápidamente se puso enfrente de las cuatro mujeres.
-¿Pensaron que podrían escapar? –Preguntó anonado Shin, quien estaba parado en la ventana. Gustav se puso a lado de las chicas, defendiéndolas de él.
-Nunca escaparán de nosotros ¿Cuántas veces se los tenemos que decir? –Habló Romeo saliendo detrás de Georg. Éste rápidamente se volteó poniéndose de escudo para que no se acercaran a las mujeres.
-Pero son tan tercos –Habló otra voz- Nos hicieron pasar muchas noches de hambre, Yú está molesto –Terminó de decir Strify mientras salía de la oscuridad de la habitación. Bill se puso en frente de él obstruyéndole el paso. Strify ladeó la cabeza para ver a las dos chicas inconscientes sobre el hombro de Bill- Y siguen confiando en cualquier cara bonita que se les pone enfrente, miren el error que les causó –Terminó señalándolas.
-No queremos hacerles daño –Hizo saber Romeo. Georg frunció el ceño.
-Solo entréguenoslas y nos vamos tranquilamente de esta pocilga –Habló Shin cruzándose de brazos. Ninguno de los cuatro muchachos se movió. Strify soltó un cansado suspiro.
-Era de esperarse –Dijo sin sorprenderse. Levantó su mano, todas las miradas se dirigieron hacia él, esperaban los peor. En el profundo silencio de la habitación destrozada, se escuchó un chasquido.
-¡No! –Gritó Andrea. Romeo y Shin, los más rápidos del grupo, habían recogido a las dos chicas. Kiro, el más hábil, se enfrentó a los cuatro muchachos alejándolos de las mujeres. Strify, caminó hacia la puerta con tanta elegancia y arrogancia como se le fue posible y se escuchó otro chasquido.
-Quisiera seguir jugando contigo Tom, pero me tengo que ir –Murmuró Kiro soltándolo del brazo. Esbozó una sonrisa y le guiñó el ojo- Nos vemos luego imbécil.
¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que pasó? Todo estaba bien en hace una hora y ahora…
-¡Ah! –Dio un grito desgarrador el mayor de los gemelos.
La gran mansión se encontraba en completa oscuridad, otra vez.
Tom golpeaba con todas sus fuerzas el piso haciendo un enorme hueco. Bill solo se quedo de pie, completamente ido. No reaccionó con nada.
-Tranquilo Tom, las recuperaremos –Habló Gustav levantándolo.
-¡Se la llevó! –Gritó- ¡Se la llevó enfrente de mis narices! ¡No pude hacer nada! –Los temblores en su cuerpo continuaban. Era tanta su furia, que su cuerpo no toleraba tales descargas
-Mandare a Andreas a rastrearlos –Dijo Georg.
Bill no estaba en este mundo. Se había desconectado de la realidad.
-¡Todavía no puedo creer que no hice nada por ellas! –Se regañaba Andrea- Ellos, estaban enfrente de mí ¡Y no hice nada! ¡Nada! –Gritó sentándose en esa fría cama.
-Fueron demasiados rápidos… tranquila Andrea –Trataba de calmarla Beatriz.
-¡Fue culpa de esa arpía! –Rugió- Cuando tenga su cuello entre mis manos, disfrutare quebrárselo.
-Tenemos que ir con Greta y Silke
-Hay que movilizarnos…
-¡Vamos al bosque!
-Ya deben de estar lejos…
Demasiado parloteo y nada de acción. Tom solo los escuchaba en silencio mientras que Bill…Bill había dejado su cuerpo en esa fría habitación.
-¡Pero hay que hacer algo!
-Nosotros solos no podremos contra ellos.
-Déjenos ir con ustedes
-¡No! Es muy peligroso…
-Todo siempre es peligroso… -Las personas reunidas en la habitación dirigieron sus miradas hacia Bill, al fin había reaccionado-… Pero a comparación de los humanos, nosotros no tenemos nada que perder –Aclaró viendo a cada uno de los presentes- ¿Vida? Nosotros desde hace milenios que no tenemos vida –Recordó- Lo único que importa –Musitó viendo a su hermano- Es salvarlas y lo haremos cueste lo que cueste.
-Pero… ¿Cómo? –Preguntó Andrea por lo bajo.
-Esa no es la pregunta correcta –Respondió Bill.
-La única forma de salvarlas es… yendo a la fiesta de tus padres –Respondió anonado Gustav. Bill débilmente asintió.
-Nunca hay que negarles una invitación a nuestra familia–Dijo Tom entre dientes poniéndose de pie.
-Si podremos vencerlos… -Habló Georg con superioridad- No somos débiles, nunca lo fuimos…
-...Y nunca lo seremos –Completó la frase Beatriz- Ellas vuelven sanas y salvas.
-Creo que es momento… -Habló Bill mirando a Tom.
-De una reunión familiar –Terminó la frase poniendo su frente en alto.

Continuara***
Termine mis examenes :D! Ahora... esperar resultados de Fisica :S deseenme suerte! Bueen inicio de fin de semana(:

15 mar 2011

Cap.60 Laberinto



[Acompañar el siguiente capitulo con el video]


-Nos han invitado-Habló Gustav- Y ustedes, por nada en el mundo deben faltar. Son sus hijos.
-Si vamos, nos seguirán –Habló Bill.
-Y si no van, los cazarán –Repuso Georg- ¿Entienden lo que es eso?
-Ser cazados por nuestro propio padre –Bufó Tom- No será tan malo.
-No tienen opción –Volvió a hablar Georg- ¿No lo ven? De igual manera, los encontrarán y los matarán.
Los dos gemelos voltearon a verse entre sí y se encogieron de hombros. Después voltearon hacia las escaleras. No tenían ninguna opción.


















-¿Qué es lo que pasa? –Preguntó Kathia a Andrea.
-Se acerca el gran baile y eso arruina nuestros planes.
-¿Baile? –Volvió a preguntar.
-¿Qué baile? –Ahora preguntó Ashley, quien estaba recargada en la pared.
-Es una reunión de todos nosotros –Respondió Beatriz- Lo organizan cada eclipse lunar, los padres de los Kaulitz
-Oh, ¿Y qué tiene de malo?
-Digamos que nada si tu apellido no es ‘Kaulitz’ –Respondió Andrea- Pero, sí lo es, es tu obligación ir ahí porque sino…
-¿Sino qué?
-Es traición, irán por ellos y los matarán.
-¡Eso es absurdo! –Exclamó Ashley.
-Lo peor es que eso nos encierra. Si van al baile, los seguirán y las encontrarán. Y si no van… no descansarán hasta encontrarlos y…
-Es lo mismo –Murmuró Kathia.
-Exacto –Todas voltearon hacia la ventana al escuchar esa voz. Verónica, que se encontraba sentada ahí, esbozó una enorme sonrisa- ¿No piensan que es divertido? Es como un juego de un laberinto, me encantan los laberintos porque –Voltea hacia Ashley- Escojas el camino que escojas, no hay salida –Dicho esto comenzó a reír.
-Solo si no eres astuta –Defendió Beatriz- y te recuerdo que nosotras, si sabemos cómo jugar –Contestó entrecerrando sus ojos.
-Nadie es astuto en este juego ¿Por qué no se hacen la idea? –Preguntó levantándose de la ventana- Estas… –Señalando a Kathia y Ashley-… morirán tarde o temprano y las arrastraran a ustedes con su horrible destino y les recuerdo que a ustedes les irá peor porqué las juzgarán por traición.
-La única traición aquí sería hacia Tom y Bill –Habló Andrea poniéndose enfrente de ella- ¿Entendiste?
-¡Chicas no peleen! –Gritó Kathia al ver que los ojos de Andrea cambiaban.
- Están avanzando más y más hacia un camino sin fin y yo no me quedaré aquí cuando queden atrapadas en este laberinto –Advirtió volteando a ver de reojo a Beatriz- Aún están a tiempo de salir, vengan conmigo –Murmuró acariciando la mejilla de Andrea.
-Ya lo hiciste… -Dijo atónita. Verónica sonrió de medio lado- ¡¿Cómo te atreviste?! –Preguntó perdiendo los estribos.
-¡No sean estúpidas! –Gritó y de un abrir y cerrar de ojos estaba entre Kathia y Ashley- Estas imbéciles… –Dijo agarrándolas del cabello.
-¡Suéltanos! –Se quejó la chica de cabello negro.
-… Son solo alimento –Terminó arrojándolas a los pies de Andrea y Beatriz. El golpe fue tan fuerte, que las dos chicas quedaron idas en el piso- No vale la pena morir por ellas. Yo no entiendo como Bill y Tom fueron tan estúpidos ¡y se enamoraron de su propia comida! –Soltó anonada, no, estaba molesta. Las odiaba por el simple hecho de que ellas tenían, no solo el amor de un Kaulitz, tenía el amor de los dos y ella… no pudo conseguir si quiera su pena.
-¡Eres una maldita! –Gritó Beatriz, los ojos de ella y Andrea estaban completamente dilatados y tenían venas alrededor. Kathia al ver eso, le recordó a Bill cuando salió de la tienda de Strify.
-No –Murmuró ella quedando inconsciente. Ashley escuchaba todo lejos y veía borroso, trataba de levantarse, pero era tan fuerte el dolor que no podía. Solo se quedó inmóvil en el piso tratando de reincorporarse.
-Vámonos de aquí –Repuso Verónica- todavía están a tiempo, hay que llevárselas a Yü antes de que ellos mismos vengan a... –Se quedó callada, volteó hacia la puerta sorprendida al ver quien estaba ahí.
-¿¡Qué mierda pasa aquí?! –Preguntó furioso Tom. Todos, absolutamente todos estaban en la habitación. No había salida.
-Quedaste atrapada en tu propio laberinto, amiga –Avisó entre dientes Andrea y se abalanzó contra ella -¡Te mataré maldita! –Gritó.
-¡No! –Rugió y la aventó contra la pared- ¡Esto no termina así! –Tom y Bill caminaron hacia Verónica.
-Nos has traicionado –Dijo Bill por lo bajo.
-Tú sabes lo que implica la traición –Terminó Tom.
-¡No! ¡Andreas, ayúdame! –El solo bajó su mirada, dio media vuelta y se retiró de la habitación- ¡Andreas! ¡Andreas! –Le gritaba una y otra vez como desquiciada.

-¡Mátenla!
-¡No! ¡No me toquen!
-Te despedazare con mis propias manos.
No oía bien, veía borroso, tenía un dolor horrible de cabeza. Ashley no se podía reincorporar.
-Ayuda –Habló con dificultad. Nadie la escuchó, su palabra se la llevó el viento.
-¡Si algo les pasa…!
-…Ellos se encargarán de matarlos…
-… Yo la despedazare por ti
-Ayuda –Demasiadas voces en el vacío, nadie la escuchaba. No podía perder el conocimiento, no en este momento.
Silencio. Es lo único que había en la habitación ¿Qué había pasado con los lamentos de hace unos momentos? Se habían ido ¿Por qué? Porque…
-¡Ellos están aquí!


Continuara***
Espero que este capitulo sea de su agrado, yo disfute mucho haciendolo:)!

14 mar 2011

Cap.59 ¿Qué pasa contigo?

-Ashley… ¿Te pasa algo?

Volteó a verlo sin ganas. No había dormido en toda la noche y no ha tocado su comida. Hizo el plato a un lado y se recargó en el respaldo de la silla soltando un pesado suspiro.
-No pude dormir… eso es todo –Respondió de mala gana cerrando sus ojos.
-¿Y por qué no vas a descansar? –Preguntó Tom acariciando su mejilla.
-Si, es lo que haré –Sonrió débilmente y se puso de pie.
















-¡Hola Ashley!
-Oh, hola Andrea –Saludó deteniendo su paso.
-Huy que carita tienes… -Dijo haciendo una mueca- ¿No dormiste o qué?
-No, oye… ¿Sabes dónde está Kathia? –Preguntó encogiéndose de hombros. Andrea negó con la cabeza.
-Desde la noche que no la veo. Sabes, no sé si tú lo has notado, pero siento que ella y Bill planean algo –Habló preocupada.
-¿Planear algo? –Preguntó confundida- ¿Cómo qué?... –Andrea se cruzó de brazos y bajó su mirada.
-Ellos solo están en su mundo y tienen una actitud sospechosa… He visto a Bill platicarle mucho sobre nosotros, nuestra vida y… una vez los escuche hablar sobre la transformación de humano a vampiro –La chica de cabello negro se tensó al escuchar eso mismo.
-No… ella no querrá... ¡No puede! –Soltó exaltada- ¡No sabe del problema en que se meterá si…!
-¡Shh! –Se abalanzó sobre ella y le tapó la boca- No te apresures, la verdad no estoy segura. Pero sí es así hay que impedirlo… entiendan, ustedes no pueden transformarse. –Ashley hizo un movimiento brusco para que la soltara.
-Lo sé y no te preocupes que eso no va a pasar. –Aseguró y volvió a caminar.
-Tú no quieres verdad –Murmuró. La chica se detuvo y sin voltear a verla, respondió:
-No lo sé… -Y siguió su camino.
Llegó a la habitación de su amiga y antes de que tocase la puerta escuchó algo que le llamó la atención:
-¿Y se lo piensas comentar? –Preguntó una voz masculina del otro lado de la puerta.
-No quisiera… ¡Por qué se que se opondría! Pero algo así, no se puede mantener en secreto –Respondió… Kathia.
-¿Estás segura de que lo quieres hacer?
-Sí.
-Ya no habrá vuelta atrás después de eso…
-Lo sé
‘¡Tock, tock!’ –Al fin tocó la puerta, no se tardaron mucho en abrirla. Bill salió de la habitación sin mirarla, mientras que Kathia, la vio sorprendida.
-Ashley que… ¿Qué haces aquí? –Preguntó anonada.
-Vine a visitar a MI amiga –Contestó entre dientes y entró.
-Se que… no nos hemos visto mucho últimamente pero es que… he querido pasar más tiempo con Bill y…
-Cállate –Suplicó- Lo he escuchado todo –Dijo anonada.
-¿E-escuchar? –Preguntó nerviosa- ¿Escuchar qué?
-¡No soy estúpida! –Gritó perdiendo los estribos- ¡Se lo que han estado planeando Bill y tú! ¡Sé lo que quieres hacerte! –Su amiga solo se encogió de hombros- ¿¡Es qué acaso no te has puesto a pensar?! Nosotras, ¡Tenemos una vida...! –Gritó señalando la ventana de la habitación- ¡…Haya afuera! Una vida normal… Si se te olvido, no te preocupes que ya te lo recuerdo: Volveremos con nuestra familia cuando todo esto acabe, y todo volverá a la normalidad.
-¿¡Cuando todo esto acabe?! –Se defendió Kathia- ¿¡Y eso cuando va a pasar?! ¿Cuarenta años más tarde? Entiéndelo Ashley, cáptalo, visualízalo: Nuestra vida se acabo…
-No –Susurró.
-No volveremos con nuestra familia…
-No
-No veremos más a nuestros amigos…
-No. No. –Murmuró cerrando sus ojos y tapándose sus oídos- ¡Cállate!
-¡Esta es nuestra nueva vida ahora! ¡Junto a ELLOS! –Gritó señalando hacia la puerta- ¿No lo entiendes? Aquí estaremos a salvo, con las personas que más amamos.
-¡No! No me quedaré aquí encerrada. Cuando todo esto acabe, podremos salir –Se rehusaba a escuchar- y todos volvemos con nuestra vida normal: Bill & tú, Tom & yo, fuera de aquí. Nos casaremos… tendremos familia… y seremos…
-¿Normales? Ashley, tú y yo no somos normales, entiéndelo –Recordó- Y no vamos a poder tener una vida normal y no podremos hacer una familia con ellos… ¿Qué es lo que te pasa? –Preguntó confundida- Se supone que tú conoces el tema de los vampiros más que yo y ahora te haces la de los oídos sordos ¿Qué pasa contigo? –La chica de cabello negro solo se dejó caer mientras miraba hacia la nada.
-Lo amo, no quiero estar sin él, sé lo que es y sé lo que soy, me encanta hacerlo feliz con mi sangre… pero no quiero. –Murmuró ida.
-¿No quieres qué? –Preguntó acercándose a ella.
-No quiero desaparecer de este mundo, no quiero vivir en la oscuridad, no quiero vivir aquí encerrada por el peligro de que otros vengan a matarnos ¡No quiero! –Se levantó y con lágrimas en los ojos, dijo-: Y es lo que tú no entiendes ¡No puedes ser como ellos! ¡No! –Gritó en su cara y se fue corriendo de ahí dejando a su amiga con las palabras en su boca.
Ashley solo quería ser libre, recuperar su vida. Se encerró en su habitación y no salió de ahí por un buen tiempo. Acostada, observó su muñeca derecha, ¿Quién iba a decir, que su vida sería un infierno por lo que recorre en sus venas?













Mi abuela se quedó callada un momento. Vi como bajaba su mirada hacia su muñeca y la acariciaba con delicadeza. Ella hizo una pequeña mueca y cerró sus ojos. Solo hay que esperar el momento adecuado –Pensé, mientras arrugaba la foto adentro de mi pantalón- Todavía tiene que aclararme muchas dudas.
-Después de ahí –Volvió a hablar- las cosas fueron empeorando –Murmuró.

Continuara***
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13 mar 2011

Cap.58 Extraña Advertencia.

Bill y Kathia salieron a la terraza, Andrea y Georg bailaban en el jardín, Gustav y Beatriz salieron de caza, Tom y Ashley se encontraban solos en la mansión, o eso creía ella.

-Ya vengo, iré con Greta –Ashley lo miró confundida- La mucama –Recordó.
-¡Ah!
-Tienes que aprenderte su nombre –Dijo riendo.
-Lo intento, pero no sé porque se me olvida –Respondió avergonzada. Tom sonrió y besó su frente.
-Ya vuelvo.
Desde las escaleras, los observaba Verónica. Ella era la novia de Andreas: un chico alto, flaco, cabello extremadamente rubio y el mejor amigo de Tom y Bill.
Kathia y Ashley conocían cada vez más aliados de los gemelos. Aún siendo vampiros, aún sabiendo que ellas eran su fuente de energía, no se sentían amenazadas. Pero había algo en Verónica que no le agradaba.
-Hola Vero –Saludó- ¿Buscas a Andreas?
-No –Respondió fríamente mientras bajaba las escaleras con elegancia. Y de un abrir y cerrar de ojos ya estaba enfrente de ella- Observaba la linda escena -Finalizó encarnando una ceja- Me encanta la pareja que hacen los dos.
-Oh, gracias –Respondió dando una sonrisa forzada.
-¡Verónica! –Las dos chicas voltearon, Andreas le hablaba. Caminó hacia ellas y abrazó a su novia.
-Ashley, te vez muy bien con ropa de época –La chica miró su vestido y dio una mueca- No sé porque no te gusta
-Gracias, pero no es mi estilo –Dijo incómoda. Desde hace más de dos semanas que usaba los vestidos ya que era lo único que tenía para ponerse.
-Ni aunque sea tu estilo mi vida –Susurró Verónica. Ashley volteó a verla y esbozó una sonrisa.
-¡Verónica! –Le regañó Andreas
-No, no, Déjala –Habló con tranquilidad y después dirigió su mirada hacia ella-Tal vez tengas razón. Pero a ti, ni la ropa de zorra te queda –Le regresó el comentario con amabilidad- Con permiso –Musitó caminando a un lado de ella con la frente en alto.

















-Así que… presientes que Verónica te odia.
-No lo presiento, lo sé –Corrigió a Tom.
-Yo también lo he notado, pero no le des importancia. Es así con todos en esta casa.
-Menos contigo, me he dado cuenta que también es una malagradecida con Andreas pero contigo no ¿Porqué?
-Hace años, ella y yo éramos pareja –Contestó asqueado- Pero era solo por diversión
-Pues creo que ella no lo tomo así.
-Verónica sabía muy bien a quien amaba –Recalcó observándola- Si te sigue molestando, dime, que yo arreglare las cosas con ella –La chica ligeramente asintió- Descansa –Se despidió dándole un corto beso.
-Quédate –Suplicó deteniéndolo del brazo
-Lo haré, hasta que duermas –Ashley sonrió. Siempre ha sido así: ella duerme, él se va.




-Ten cuidado, está en la oscuridad… se oculta en la noche.
-¿Qué? –Una mujer, de espaldas, hablándole al vacio.
-.Aléjate. No confíes en nadie ó te llevara a tu perdición. En este momento, la confianza será el camino hacia tu muerte.
-¿De qué habla? –La mujer no me contestó. Seguía murmurando, hablaba & hablaba y no le entendía ni una palabra.
-Muerte… decepción… huyan mientras puedan. No miren hacia atrás. Esta en todos lados, te sigue, te odia, desea ver tu sangre derramada en sus manos –Movía sus brazos de una forma extraña.
-Me dan miedo sus palabras –Confesé con un nudo en la garganta. Caminé hacia ella, pero se alejaba… otro paso, más lejos estaba… no podía acercarme- ¡¿Quién es usted?!
-Te observa en la oscuridad, en silencio… esperando el momento adecuado… No estás a salvo. Nunca lo estarás.
-¡Espere! ¡No! ¡No se vaya! –Comencé a correr, necesitaba alcanzarla, pero era imposible. Me sentía desesperada ella seguía hablando yo me encontraba confundida.
-Está más cerca de lo que crees. Sus ojos brillan bajo de la luz de la luna, parecen unos reflectores… cuídate de esos ojos amarillentos… significan peligro.
-¡Espere! –Rogué.
Corrí y corrí, ella avanzaba mucho mientras yo, nada. El gran pasillo solo se alargaba más y más y de la nada… estaba enfrente de un enorme espejo, pero yo no era la que estaba reflejada, era un gato… blanco, ojos verdes ¿Qué significa todo esto?
Alargue mi mano, rozaba el espejo y ese horrible animal me gruño y esos ojos verdes se volvieron amarillos. Me exalte completamente, todo estaba oscuro…



Se sentía completamente rara. Era el sueño más extraño que había tenido en toda su vida. Automáticamente le recorrió un escalofrío por toda la espina dorsal al ver a un gato en su ventana. Se levantó con cuidado… y caminó anonada hacia ella. Era el mismo gato de sus sueños.
Tragó saliva, le quitó los seguros y abrió la ventana.
-¡Chu! –Gritó frunciendo el ceño. El gato se levantó y se fue perdiéndose en la oscuridad.
Volvió a cerrar la ventana… ¿Qué mierda fue esa pesadilla? Nada tenía sentido, nada

Continuara***
¿Serían tan amables de contestar la encuesta que esta abajo?(: Disfruten la lectura <3

12 mar 2011

Cap. 57 Lindo atardecer.

[Acompañar el siguiente capitulo con el video]
Y la historia continuó:

Pasaron tres semanas desde que Ashley y Kathia se encontraban encerradas en esa mansión.
Ashley ya había asimilado todo, se encontraba más tranquila y poco a poco volvía hablar con Tom.
Cada día recibían noticias de su familia y de sus amigos: Travis había despertado y se había ido a Estados Unidos junto con Ryan a estudiar, al parecer les iba bien. Sus madres, seguían trabajando, al parecer, les habían borrado de la memoria que tenían unas hijas, era lo mejor por el momento. Dany seguía desarrollando su habilidades como médium y continuó su vida, también había borrado el pasado.
En ese momento, ellas no existían.
Era tarde, Tom y Ashley se encontraban recorriendo el jardín de la mansión mientras el sol se ocultaba.
-¿Cuándo saldremos de aquí? –Preguntó la chica con la mirada en el suelo.
-Cuando ellos ya no las busquen.
-Ósea, nunca –Dijo encogiéndose de hombros.
-Eso espero –Murmuró. Ashley logró escucharlo y detuvo su paso, Tom volteó a verla- Quiero que estés conmigo siempre –Musitó con ese dolor en su mirada.
-Siempre estaré contigo –Respondió con una débil sonrisa y siguieron caminando. Llegaron a una banca de piedra y se sentaron mientras admiraban la puesta del sol. Tom ya no estaba débil, se había alimentado… de la sangre de ella.
-¿Qué pasa si nos encuentran? –Preguntó sin dejar de ver el lindo paisaje.
-Eso no pasara –Respondió rápidamente.
-No hay que estar seguros, ¿Qué pasa si nos encuentran? –Volvió a preguntar.
-Pelearemos –Ashley cerró sus ojos y soltó un suspiro.
-No lo hagan, no arriesguen su vida…
-Nosotros no tenemos vida
-Nosotras tampoco –Terminó y volteó a verlo- Creo que ya es algo que tenemos en común –Tom sonrió de medio lado. Bajó su mirada hasta ver la mano de la chica, que se encontraba reposando arriba de la banca fría.
Ella se dio cuenta y la giró enseñando las pequeñas marcas sobre su muñeca. No pudo evitar esbozar una sonrisa.



Flash Back
-¿Qué pasa? –Preguntaron las dos amigas confundidas al ver el rostro de Bill.
-Tom. –Respondió desesperado.
-¿Tom? –Preguntó Ashley levantándose de la cama.
-¡Tom está muriendo!
-¡¿Qué!? –Soltó exaltada.
-No se ha alimentado, no ha bebido ni una sola gota de sangre, él…
Ashley no terminó de escuchar, salió de la habitación corriendo lo más rápido que le permitían sus piernas.
Hizo a un lado a todos los que estaban estorbando en la puerta. Tom yacía en la cama inconsciente, a un lado de él estaba Andrea y Beatriz –La novia de Gustav-
-¡¿Qué te pasa!? ¡Despierta! –Imploraba zarandeándolo. Todos los que se encontraban en la habitación, se retiraron dejándolos solos- ¿¡Por qué haces estas estupideces Thomas?! ¡Abre los ojos! ¡Ábrelos!
-No –Susurró. Ashley lo soltó.
-¿No?
-Quiero morir, voy a morir –Dijo débilmente. Sus labios estaban pálidos.
-No. No ¡No lo harás! –Estaba desesperada. Comenzó a abrir todos los cajones de la habitación hasta que encontró una yaga. Volvió a caminar hacia la cama con la yaga en la mano, estaba dispuesta a hacerlo.
-No lo hagas –Suplicó el chico sosteniendo su brazo, Ashley volteó a verlo anonada.
-Tienes que comer, no es una opción.
-No la aceptare –Renegó.
-No me importa. –Respondió. Respiró profundo y colocó la yaga sobre su muñeca. Cerró sus ojos y pasó la pequeña arma sobre su piel, apretó sus ojos al sentir arder la herida.
Dejó la yaga sobre el buró y acercó su muñeca a los labios de Tom. Él, al sentir su aroma abrió los ojos.
-No –Respondió.
-Hazlo –Rogó. Tom negó con la cabeza.- Hazlo –Volvió a repetir.
Ardió. Ardió más que cuando se hizo la herida. Pero disfruto hacerlo, disfruto saber que su sangre le gustaba.
Fin del Flash Back



-¿Porqué lo hiciste? –Preguntaron los dos al mismo tiempo.
-Ibas a morir, no… no iba a permitirlo –Contestó Ashley.
-Me odiabas –Musitó Tom- Mi única razón para vivir eres tú ¿Para qué iba a seguir aquí si tú me aborrecías? Y lo entiendo, tienes toda la razón para hacerlo.
La chica de cabello negro abrazó muy fuerte a Tom. Sus labios se unieron como si fueran uno, sus lenguas exploraban la boca del otro, Ashley rozaba los colmillos de Tom con suavidad. El sol ya no estaba y la noche reinaba.

Continuara***
¿Me hacen un favor, serían tan amables de contestar la encuesta que viene abajo de la página? Se los agradecería mucho (:
Disfruten la lectura <3.

11 mar 2011

Cap.56 Era lo único que quería saber

No era verdad… ¿o sí? Dio media vuelta sobre ella misma. En ese momento supo porque Tom la había traído aquí.

-Kathia… -Susurró sin poder creérsela- Kathia. Estas aquí. Estás bien. Sin ningún rasguño. Estas viva –Decía una palabra sobre otra.
-¡Claro que estoy viva! –Dijo atónita- No es tan fácil deshacerse de mí –Ashley sonrió mientras que sus ojos se volvían a llenar de lágrimas, más no lloro. Y la sonrisa no le duro mucho -¡Ay! ¿Por qué me pegas? –Preguntó agarrando su brazo.
-¡Maldita desgraciada! ¡Me diste un puto susto de mierda! ¿¡Cómo se te ocurrió saltar!? ¡Cuando dije que no estaba tan alto, fue sarcasmo! ¿¡Sabes lo que es sar-cas-mo?!
-Ya, lo sé perdón. En ese momento se me cerró el mundo ¡Bill me seguía! ¿Te diste cuenta?
-Él te salvó, verdad. –Kathia asintió.
-Quiero que veas algo –Tomó la mano de su amiga y la llevó hasta unas mesas que estaban al fondo de la biblioteca. Tomaron asiento y Kathia abrió el álbum, era el que faltaba.
-Somos nosotras –Exclamó asombrada. Kathia le pasó el álbum para que las pudiera ver mejor. Ashley comenzó a hojearlo, pero su amiga la detuvo señalando una foto.
-Jamás pensé que te iba a ver con esos vestidos y… esos peinados y… esos sombreros raros –Dijo en tono de burla, su amiga solamente bufó.
-Créeme que yo ya me he visto –Confesó. Kathia volteó a verla confundida- No me preguntes nada –Habló antes de que ella pudiera hacerlo –Estúpidos sueños ridículos –Murmuró mientras seguía hojeando- Kathia… ¿Dónde estabas mientras que yo… dormía? –Preguntó volteando a verla- ¿Qué te hicieron? ¿Qué te dijeron?
Kathia recargó su cabeza en su mano y soltó un pesado suspiro.
-Bill siguió contándome más…Dijo que cuando nos tenían cautivas, ellos eran los encargados en cuidarnos.
… No nos hablaban, solamente se dedicaban a observarnos desde un punto determinado. Ni siquiera se acercaban a nuestras celdas. Ellos solamente querían una explicación del porque no nos podían lastimar, porqué no nos podían tocar, por qué querían estar más con nosotras…



-Sáquenos de aquí por favor.
-Tengan piedad, por lo que más quieran
Tom y Bill voltearon a verse y en un movimiento ya estaban enfrente de la celda. Aubrey se levantó del rincón donde se encontraba y lentamente caminó hacia el chico de rastas.
-Por favor, sáquenos –Volvió a repetir. Los gemelos volvieron a voltear a verse. Tom volteó hacia la chica y acercó su rostro con la de ella.
-¿Cómo te llamas? –La chica lo vio extrañada y volteó a ver a su hermana.
-Aubrey –Contestó volteando a verlo- Mi nombre es Aubrey.
-¿Y tú? –Preguntó Bill
-Kerstin –Murmuró. El chico de cabello negro alargo su mano, rozaba la piel de la chica.
-¿Qué son? –Volvió a preguntar Bill anonado y retiro su mano.



…Era lo único que querían saber.
-Kathia, no los escuches ¡Ellos nos mataron!
-¡No! –Habló rápidamente- Bueno… -Se agarró la frente con desesperación- No sé cómo explicártelo Ashley… Ellos… Ellos no nos tocaban, al menos que nosotras se lo ordenáramos ¿entiendes? Si, Tom y Bill nos mataron, pero fue porque nosotras se lo pedimos.
-¿Qué? –Susurró.
-Nosotras sabíamos que no podíamos cambiar lo que éramos. Sencillamente íbamos a morir tarde o temprano, pero era mejor morir en sus brazos que en el de alguien más. Ashley, ellos iban a morir sin nosotros no lo hacíamos –Kathia se quedó callada y volteó a ver las venas de su muñeca- Entiéndelo, solo somos alimento –Murmuró. Ashley soltó un sollozo y cerró ese enorme álbum de golpe mientras soltaba más y más gemidos.
-No. No. –Decía entre lágrimas- Solo somos dos chicas, solo somos eso… solo eso –Kathia no dijo nada ¿Qué palabras de aliento podía darle si ella se encontraba igual? Solamente dedico a abrazarla procurando no llorar
- Ayer éramos Ashley y Kathia, unas típicas adolescentes y ahora… no somos nada.
Kathia solamente escuchaba a su amiga, iba a dejar que se desahogara. Sabía que tarde o temprana iba a asimilar lo que era y en qué peligro se encontraba.
Los dos Kaulitz las observaban desde la parte más oscura de la biblioteca, compartían su dolor. Tal vez, el dolor de ellos era más grande que el de las dos muchachas…mucho más.
















Mi hermana comenzó a llorar. Samuel y yo volteamos a vernos entre sí.
-Ya regreso niños –Avisó mi abuela levantándose de su cómoda silla. Solamente espere a que ella saliera de la habitación y…
-Listo, ayúdame Samuel –Ordené levantándome, él me vio anonado.
-¿Qué es lo que quieres probar? –Me preguntó siguiéndome.
-No lo sé, pero hay algo en esta historia que no me cuadra –Admití abriendo un cajón.
-Es solo una historia ¡No seas paranoica! –Cerré el cajón con fuerza y voltee a verlo. Detesto que sea así.
-Tú también sospechas que pasa algo, te conozco.
-Pero…
-Admítelo, nuestra abuela nos oculta algo y tiene que ver con algo de esta historia. Simplemente por como la cuenta: es como si regresara al pasado o no sé. –Termine abriendo otro cajón.
-Bueno ¿Y qué es lo que buscamos exactamente?
-Pruebas.
-¿De qué? ¿De qué mi abuela es una de las dos chicas de la historia? ¡Por favor! –Voltee a verlo sorprendida.
-Exacto –Le respondí dando una sonrisa y caminando hacia el ropero.
-¿Sabías que fue sarcasmo? ¿Lo sabías, verdad?
-Si, si –Contesté siguiéndole el juego- Ayúdame a buscar, ya debe de venir en camino. Arely ya no está llorando.
Cajones, ropero, puertas, debajo de su cama. No había nada, realmente no sabía que estaba buscando. Entre los libros… tampoco ¿Dónde puede estar?
Camine hasta el otro mueble y –Sonó hueco ¿Por qué?– Volví a pasar por ahí… ¡Claro!
-Samuel ayúdame a levantar esto –Entre mi hermano y yo levantamos esa parte del piso de madera. Mi abuela, siempre ha sido tan astuta.
-Okey, te creo –Voltee a verlo de reojo. Ahí había una caja negra y alrededor fotos, accesorios, pequeños peluches.
Saqué la caja negra y la abrí. Adentro se encontraba una libreta con la pasta de un extraño personaje de calavera…
‘Ashley dejó de escribir en su libreta con la pasta de su personaje oscuro favorito: El extraño mundo de Jack’
Abrí la libreta y leí un fragmento: ‘Tal vez... no me ama lo suficiente. Para que haga todo eso yo creo que ni si quiera me ama ¡la verdad no se qué pensar! Pero yo no amo a Tom, amo a Ryan... ¿O no? Cuando bese a Tom me sentí tan bien... aunque algo raro, sentí que esos besos ya los había probado antes, cosa extraña, fue como un Deja vü, reconozco esa sensación ya que conmigo es muy frecuente... ¿será que eso ya lo había soñado?’
-¿Qué? ¿Qué pasa? –Lo sabía… sabía que mi abuela tenía algo que ver- ¡Respóndeme Máyela! -Hojee la libreta un poco más y salió un pequeño papel, lo recogí –Y no era un papel, era una foto- ¡Máyela! ¿Qué es eso? ¡Dime!
-Abuela… -Susurré anonada.

Continuara***
Disfrutenlo(:

9 mar 2011

Cap. 55 Recuerdos fotográficos

Ashley había cerrado sus ojos y se había tapado la boca para evitar soltar más gritos y sollozos, sabía que su amiga no había sobrevivido a esa caída. Poco a poco se fue dejando caer hasta estar sentada en la tierra. No quería abrir los ojos, no quería ver a su amiga completamente destrozada, ensangrentada, muerta.

Sintió un frío tacto en su hombro, eso hizo que reaccionara. Soltó un grito y se levantó lo más rápido que pudo para echarse a correr. Había reconocido ese tacto, era de Tom.
Solo quería irse de ahí, quería volver con su mamá, con su familia, con sus amigos. Quería que todo volviese a la normalidad, cuando Tom no estaba en su vida, cuando era feliz haya en su ciudad, donde era una persona común y corriente con típicos problemas de adolescentes. Ella no era una herramienta, es solo una chica, una chica de 15 años, solamente eso.
Trataba de encontrar la carretera, pero no lo conseguía. Ese lugar parecía un enorme laberinto. Estaba completamente exhausta, no podía respirar de lo mismo cansada que estaba, las lágrimas le impedían observar el camino y comenzaba a marearse.
-Tengo que salir de aquí… tengo que salir de aquí –Se repetía para ella misma mientras se tambaleaba, sus piernas ya no podían más.
A lo lejos vio la silueta de alguien, de un parpadeo ese alguien ya estaba más cerca. Ashley ya no pudo más y cayó para al fin descansar.
Entreabrió sus ojos, estaba entre los brazos de Tom. Ella solamente sonrió para sus adentros y volvió a dormir.



















Volvió a donde mismo. Se encontraba de nuevo en su habitación, las cortinas estaban abiertas y entraba la hermosa luz de la luna por la gran ventana.
Se levantó poco a poco y torpemente caminó hacia el espejo. Al ver su reflejo se dio cuenta en cómo cambio en tan poco tiempo, tal vez horas. Realmente la que estaba reflejada, no era ella: su mirada no tenía vida y era sombría ¿Siempre se ha dicho que los ojos son las ventanas hacia el alma, no? En unos minutos, rompió a llorar. Como deseaba que todo eso fuese un sueño, una de sus tantas pesadillas. Pero no. Todo era real, todo…
El débil crujido de la puerta se dejó escuchar acompañada de una pequeña cortina de luz en el piso. Por el espejo, observó a Tom entrar, más no se acercó a ella, simplemente estaba de pie en la entrada.
-Acompáñame, tienes que ver algo –Musitó. Ashley cerró sus ojos mientras seguía sollozando. Se limpió las lágrimas y ligeramente asintió. Procuró no pasar tan cerca de él y cuando la iba a tocar, ella simplemente esquivó su mano. Tom se encogió de hombros y se limitó en caminar.
El recorrido fue en silencio, ni un suspiro se lograba escuchar. Bajaron la elegante escalera. Y en la entrada se encontraban los dos sirvientes que la recibieron al principio; ellos, solamente los observaron, pero además de eso, no hicieron gesto alguno. Al pasar a lado de ellos, se dio cuenta. Eran también vampiros.
Llegaron a unas enormes puertas doradas. Tom abrió muy apenas la del lado izquierdo y Ashley pudo observar que era una enorme biblioteca. El chico se apartó y se recargó en la pared colocando sus manos adentro de su enorme pantalón, ella volteó a verlo confundida. Tom, que daba ligeros golpes en el piso con la punta de su pie, también hizo lo mismo.
-Entra –Susurró haciendo una mueca. La chica recargó sus manos sobre la puerta, no estaba segura de lo que iba a encontrar al otro lado. Pero, ¿Qué podía ser peor en estos momentos? Esta secuestrada por vampiros, descubrió que no era simplemente una persona y su mejor amiga estaba muerta ¿Qué más podía perder?
Empujó la enorme puerta y entró. Tom no la siguió. Lo primero que observó fue: que habían demasiados libros, demasiados estantes y todos muy enormes. Había cuatro lámparas colgadas en diferentes secciones del techo y ofrecían una tenue luz. Sabía que estaba sola en ese enorme lugar, lo que no sabía era porque Tom la trajo hasta aquí ¿La torturaría leyendo?
Caminó entre los primeros estantes: Historia Universal; de todas las épocas hasta el día de hoy. Segundos estantes: Literatura; todas las novelas, cuentos y poemas más famosos de todos los siglos…
Hubo un estante en especial, en el no se encontraban enciclopedias, mapas, libros grandes o pequeños, no, en él solamente se encontraban álbumes fotográficos. No demasiados, eran como 5 o 9. Leyó el tomo de uno de los álbumes: 1689-1708. Frunció el ceño ¿Qué significaba? Agarró el pesado libro y lo abrió. Fotos, demasiadas fotos de dos pequeños niños: de bebés, de cuando tenía 8 meses de vida, 2 años, 7 años, 15 años… Tom y Bill Kaulitz. Las fotos eran en blanco y negro, estaban completamente desgastadas. En unas salían comiendo, en otras en un tren, en unas más con su madre, otras simplemente los dos de pie serios y con unos sombreros de la época y pequeñas bermudas. Ashley sonrió al verla. Los dos tenían el cabello medio largo, por intuición debieron tenerlo castaño claro. En otra más, salían de igual manera, pero esta vez, sonriendo. Una enorme sonrisa que hizo que sus ojos se entrecerrarán como el de unos gatos.
Volteó hacia la puerta y después volvió a dirigir su mirada a las fotos. Esos eran los Kaulitz de antes: felices, sonrientes, con ilusiones, una vida. En sus ojos se veía una gran llama que ahora está apagada…
Siguió hojeando el álbum hasta encontrar una de Tom solo. De inmediato supo que era él por su sonrisa y el lunar en la mejilla derecha. Traía de nuevo el sombrero de época con una camisa de botones y se encontraba fajado desde el ombligo por una pequeña bermuda. Volvió a echar una mirada a la entrada; con cuidado despegó la foto y la metió en la bolsa de su pantalón. Dejó el álbum en su lugar y seguía observando los demás. Ashley se dio cuenta que faltaba uno: 1735-1757… -1792-1812.
-Yo lo tengo –Musitó una voz a sus espaldas.

Continuara***
Perdón por la tardanza D:! Comence examenes... deseenme suerte:\! Disfruten la lectura(:

7 mar 2011

Cap.54 Escape

-¡Tom suéltala! –Todo fue un alboroto en la sala. El mayor de los Kaulitz había perdido el control; tenía a Ashley contra la pared, sus enormes y largas manos aplastaban sus brazos- ¡Tom!... ¡No la lastimes!... ¡Reacciona Thomas!–Todos le gritaban. Bill se había llevado a Kathia contra su voluntad. Tom cada vez se ponía más furioso.

-¿Cómo puedes pensar eso? –Le reclamaba el mayor de los Kaulitz- Después de todo lo que hecho y dejado por ti…
-¿Cómo pudiste mentirme? –Se defendió, no le tenía miedo- ¿Cómo pudiste lastimarme? Me juraste que nunca me heriste, que nunca tocaste un cabello mío… ¿Porqué no me dijiste toda la verdad?
-¡¿Crees que es fácil?! Nunca quería que supieras sobre mi verdadera entidad, ni mucho menos lo que tú eras. Cuando te vi en el parque… otra vez, entendí que me debía alejar de ti, tenía que poner obstáculos en nuestros caminos para que no te acercaras a mí, para no volver a arruinar tu existencia, para mantenerte a salvo… pero no ¡Tenías que ser curiosa, tenías que ser terca!
-¡A mí no me culpes! –Le gritó furiosa- Lo habías logrado, te logré odiar… te odiaba porque tu lo hacías sin razón… pero después me demostraste otra faceta de tu vida, tu misterio me llamó tanto la atención, quería saber cuál era la razón de tu sufrimiento que tenías plasmado en tus ojos… ¡Fue tú culpa! –Tom se quedó callado y lentamente la fue soltando mientras la veía anonado.
Cuando estaba libre, no lo pensó dos veces y corrió en busca de su amiga dejando a Tom solo y completamente destrozado. Era cierto, ella lo detestaba. Pero los impulsos de él, la necesidad de estar con ella, no los pudo vencer…



























-¡Kathia!... ¡Kathia!... ¡¡Kathia!! –La buscaba como desquiciada por toda la mansión: había recorrido como 15 pasillos, había abierto 67 puertas; pero no había rastro de su amiga. Pero aún así no se rendía, seguía corriendo, seguía llamándola. Comenzaba a cansarse, pero necesitaba salir de ahí con su amiga.
Último pasillo, últimas puertas... había abierto casi todas, faltaba una pero parecía estar atorada.
-Vamos… vamos –Se repetía una y otra vez tratando de abrirla- ¡Ábrete de una vez! –Gritó dándole una fuerte patada, pero nada. Usó todo su peso para golpear la puerta mientras giraba la perilla- ¡Kathia, ¿estás ahí?! –Gritó dándole demasiados golpes a la ‘gran barrera’.
-¡Ashley!… ¡Ashley! –Era la voz de su amiga.
-Kathia –Musitó sorprendida- ¡No te preocupes, te sacaré de ahí!
-¡No! –Dio un gritó ahogado- ¡No lo hagas!
-¡¿Qué?! ¡Kathia! ¡¿Qué pasa?! –Gritaba desesperada mientras seguía golpeando la puerta, poco a poco se comenzaba a abrir.
-¡No! –Gritaba desesperada
-¡Ya voy Kathia!
-¡No Ashley! –Unos golpes más y la abría. Otro, otro, otro, uno más… la puerta salió disparada, al fin se abrió.
La habitación estaba en completa oscuridad, Ashley buscaba a su amiga desde la puerta. Pudo visualizar a algo moviéndose.
-¡Kathia! –Dijo al fin y corrió hacia ella.
-¡No! –Gritó su amiga- ¡Corre, es una trampa!
-¡¿Qué?! –Preguntó sorprendida deteniéndose. Volteó hacia atrás, la puerta se cerraba- ¡No! –Soltó asustada corriendo hacia ella… era tarde, se había cerrado. Ashley intentó de nuevo abrirla, pero ya no podía, le dolían sus brazos- ¡Déjennos salir! –Gritaba una y otra vez mientras golpeaba la puerta, Kathia, no tardó en unírsele. La chica de cabello castaño corrió hacia las ventanas para tratar de abrirlas, pero nada. Volteó hacia el enorme peinador, corrió hacia él y agarró una pequeña lámpara.
-¿Qué haces Kathia? –Preguntó sorprendida por lo bajo.
-Sacándonos de aquí –Respondió aventando la lámpara hacia la ventana, la habían quebrado. Ashley sonrió al ver que se largarían de ahí- Hay que terminarlo de quebrar –Volteó hacia su amiga- Busca otra cosa –Ordenó dándole vueltas a la habitación- y rápido, hice mucho ruido, ya debieron de darse cuenta –Dijo exaltada.
-¿Un cuadro sirve? –Preguntó viendo la enorme pintura en la pared.
-Habrá que intentar -Musitó.
Como pudieron bajaron ese cuadro y entre las dos golpearon la ventana, hasta que al fin, se quebró por completo.
-No es tan alto –Admitió Ashley bajando el cuadro.
-Alto o no, tenemos que bajar ya. –Su amiga solo asintió. Con cuidado, la chica de cabello negro puso un pie afuera y lo recargó en el angosto piso debajo de la ventana, después puso el otro pie y recargándose completamente a la pared, caminó hasta la esquina de la casa que no quedaba tan lejos. Al llegar, bajó usando de apoyo los huecos de las paredes.
-Cuando estés acá ¡Cuidado en donde pisas! –Le advirtió. Ésta asintió y al ver que su amiga estaba a mediación, puso también un pie en el aire.
-¿¡Qué creen que hacen?! –Gritó una voz a sus espaldas. Kathia, abrió sus ojos sorprendida, era Andrea. Como pudo, salió del cuarto avanzando lo más rápido posible hacia la esquina.
-¡Rápido Ashley! –Gritó Kathia- ¡Nos descubrieron! –La chica de cabello negro volteó a verla anonada, torpemente asintió y bajó como pudo lo que le faltaba. Kathia intentaba moverse lo más rápido posible, pero era tan angosto ese piso que si daba un paso mal podía caer.
-¡Kathia! –La llamó alguien. Kathia volteó hacia la ventana, Bill había llegado.
-Mierda… -Susurró asustada. Cerró fuerte sus ojos y respiró profundo, no estaba tan alto, así que optó por saltar.
Ashley, que ya la esperaba abajo, vio que Bill la seguía. Estaba a punto de gritarle, cuando observó la estupidez que iba hacer.
-¡No Kathia! –Gritó desesperada- ¡Kathia! -Pero ya era tarde, ya había saltado.

Continuara***

6 mar 2011

Cap.53 Prometiste nunca hacerme daño

Temblaba. Corrió hacia el baño, encerrándose completamente, y se miró en el espejo: se encontraba completamente asustada, pálida y exaltada. Abrió las llaves del lavamanos y se mojó la cara. Cerró las llaves y se quedó apoyada ¿Qué clase de sueño fue ese? ¿Kiro? ¿Permitió que Kiro la tocara?

Levantó su cara hacia el espejo y clavó su mirada en su cuello y más a un punto especial. Lo sentía, sentía su vena arder. Tocó con delicadeza ese lugar, ahí fue donde la mordió; sentía el ardor como si la hubiese mordido hace apenas dos minutos.
Negaba con la cabeza desesperada, no pudo hacerlo… no con él ¿Porqué traicionó de esa manera a Tom? ¿Por qué se dejó manipular por Kiro? ¿Por qué?
-Todo fue un sueño, todo fue un sueño, todo fue un sueño –Repetía una y otra vez para ella misma, tratando así, calmarse- fue un estúpido sueño –Susurró entre dientes. Respiró hondo, abrió la puerta y salió.
Se quedó paralizada al ver a Tom a un lado de la cama con su mirada, su mirada sin vida, de tristeza, sombría, pero al mismo tiempo llena de amor, por ella.
-Tom –Susurró corriendo hacia él y abrazándolo muy fuerte. Él se quedó inmóvil un momento, se había sacado de onda ante la reacción de Ashley. Pero no tardó mucho en abrazarla- Tom –Volvió a llamarlo sosteniendo el llanto- Te amo, te amo demasiado, nunca te dejaré por nadie más. Mi corazón, mi alma, mi cuerpo, solamente te pertenecen a ti –Confesó soltando pequeños sollozos. Tom besó su cabeza y la abrazó más fuerte aún.
-Yo también te amo. Nunca, nunca dejará que te lastimen. Siempre serás la dueña de mi corazón –Agarró la mano de la chica y la puso sobre su pecho- Estos latidos sin vida, son tuyos –Ashley sonrió.
-Tienen más vida de lo que tú puedes imaginar. –Tom le devolvió la sonrisa. Delicadamente se acercó a ella y la besó. Ashley disfrutó como nunca ese beso. En sueños ó en la realidad, no hay nada como sus besos.





















Andrea daba vueltas de ballet por todo el salón, parecía una niña. Georg y Gustav se encontraban en la puerta; mientras que, los gemelos y las dos chicas, en medio de esa enorme habitación tratando de dar una explicación.
-Lo siento, pero no podrán salir de aquí hasta que sea seguro –Habló Bill, al fin.
-Pero –Musitó Kathia- ¿Quién le avisará a nuestras madres?
-De eso se encargaran Georg y Gustav –Le respondió. Kathia y Ashley se voltearon a ver nada convencidas, volvieron a voltear hacia los gemelos para que al fin les expliquen la verdad.
-Pensamos que no iba a ser necesario decirlo –Habló ahora Tom- que estupidez. Solamente queríamos mantenerlas a salvo pero creo, que no se puede huir del destino –Volteó a ver a Ashley- ¿Te acuerdas de la visión que te ofrecí? –Ella asintió- ¿Quieres saber porqué las capturamos?
-Porque se querían vengar de toda la aldea por lo que le hicieron. Eso nos incluía a nosotras –Habló la chica de cabello negro mirando a los dos hermanos, según ella, sabía todo- igual capturaron a más personas –Hubo un silencio sepulcral en el salón. Las miradas estaban clavadas en ellas. Las dos comenzaron a ponerse nerviosas- ¿No? –Preguntó para qué Tom afirmará su hipótesis. Ashley en ese momento deseo con todo el corazón que fuese verdad, no quería escuchar más. No entendió esa necesidad en ese momento, hasta que el menor de los Kaulitz habló-:
-No. Ustedes… no son personas comunes. Ustedes, solamente son una herramienta para que todos nosotros, seamos más poderosos.
-No entiendo –Susurró Kathia.
-Un vampiro, el más poderoso de todos, sabía lo sagrado que era la sangre humana. Eligió a dos personas de alma pura, para depositar todo su poder, su vida, su sangre en ellas. Las eligió a ustedes.
… Crecieron como personas comunes. Tuvieron una familia, amigos, una vida normal, sin saber el poder que llevan en sus venas. Ese poder, es nuestro alimento. El vampiro se sacrificó para que nuestra especie nunca muriera.
-Cuando llega la hora, 10 vampiros son elegidos para poder alimentarse de todo ese sagrado poder… sino lo hacían, podían morir; bueno, esa era la creencia en esos tiempos.
-Y les tocó a ustedes –Interrumpió Ashley con un nudo en la garganta. Tom bajó su mirada y Bill las observaba sin decir nada.
-Teníamos tanto odio en ese momento –Susurró Tom- solamente queríamos matarlos, no importaba a quien, sexo o edad. Queríamos ver sufrir a los humanos, ustedes no serían la excepción y menos con lo que llevan en sus venas –Dicho esto levantó su mirada a las muñecas de su amada.
-Pero nos detuvimos… nuestras bocas rogaban por su sangre, nuestro corazón rogaba por sus almas. Tom y yo al principio no entendíamos lo que nos pasaba, nos costó averiguarlo porque en vida no supimos lo que era amar y fue extraño descubrirlo en muerte cuando no tienes corazón.
-Nuestro padrastro nos había dicho una vez: Antes de nacer, nuestros destinos ya están elegidos: Día de nacimiento, familia, amistades, penas, felicidad, dolor, llanto, risas… amor. Nuestros destinos ya estaban cruzados desde antes de venir a este mundo –Soltó una fría sonrisa- hasta los vampiros pueden enamorarse. Bill y yo nunca contamos con que ese día llegaría, cuando eres vampiro puedes estar solo o acompañado con tú única pareja el resto de la eternidad; y realmente con esa vida, queríamos estar solos, en esos momentos era lo mejor.
-Pero nos atraparon completamente. Ahí nos dimos cuenta que lo que dice el destino no podía ser cambiado.
…Inmediatamente huimos, no podíamos dejar que les hicieran daño.
-Pero nos encontraron –Habló muy apenas Kathia.
-¿Recuerdas que esto te lo conté? ¬–Preguntó Bill, Kathia no hizo gesto alguno- Al fin sabrás el verdadero final de la historia: Las matamos –Al escuchar eso las dos chicas se tensaron y se pusieron de pie.
-Ya no quiero saber más –Hizo saber la chica de cabello negro rompiendo a llorar- Ustedes están locos –Susurró volteando a ver a todos en la sala- Nosotras no somos una herramienta, somos personas comunes y corrientes enamoradas de… -Se calló y se dedicó a observar dolidamente a Tom- Solamente somos eso –Afirmó.
-No se acerquen a nosotras, nuestra vida era mucho mejor cuando ustedes –Señalándolos- no estaban en ella. –Habló Kathia tratando de no llorar. Agarró la mano de su amiga incitándole a caminar. Los dos gemelos se pusieron de pie, pero no las siguieron.
-No era una opción –Recalcó el menor de los Kaulitz- Eran ellos ó nosotros. No íbamos a permitir que esos las tocasen.
-No los escuches –Susurró Kathia. Ashley asintió sin dejar de llorar.
- Pensamos que no las volveríamos a ver, pero no. Volvieron a reencarnar y el destino volvió a unir nuestros caminos –Ahora habló Tom- Siempre fue y será así.
-¿Y qué nos hacían cuando nos reencontrábamos? –Preguntó Ashley molesta deteniéndose en la puerta. Kathia la vio anonada, la voz de su amiga era ronca por tanto llorar- ¿Nos mataban ó dejaban esa tarea para Kiro y los demás? -Todos callaron- Prometiste nunca hacerme daño Tom. Todo fue mentira –Confesó decepcionada.
-No. Nada lo fue –Gruñó Tom entre dientes

Continuara***
Al fin el secreto fue rebelado (: disfruten la lectura!

5 mar 2011

Cap.52 ¿Quién es realmente Kiro?

No era por exagerar, pero la casa tenía como 30 habitaciones y todas completamente grandes y con decoración del siglo XV, se veían muy bonitas. Después del gran recorrido llegaron a la gran puerta de cristal que daba a la terraza. Más no entraron o más bien salieron ahí.

-Cuando quieran, pueden ir –Dijo Bill dando una débil sonrisa, debajo de las cortinas se observaban los tenues rayos del sol. Las dos chicas asintieron extrañadas.
Después de recorrer como 10 pasillos, se detuvieron en uno con otras 15 puertas ahí. Pero se detuvieron en dos en especial.
-Esta es tu habitación Ashley –Le avisó señalando la puerta de la izquierda- y la otra es la tuya Kathia –Dijo señalando la puerta de la derecha- dejaré que se instalen para que se pongan cómodas.
-¿Instalar? –Soltaron las dos al mismo tiempo.
-No nos vamos a quedar Bill –Dijo Kathia- ¿Bill? –Claro, ya se había ido.
-¡Perfecto! –Exclamó Ashley sarcástica- esto era lo último que nos faltaba. –Se quejó.
-Tenemos que irnos, tan siquiera para avisar a nuestras ma… ¡Los celulares! –Dijo victoriosa.
-¡Claro! –Le siguió su amiga recordándolo. Checó las bolsas de sus pantalones, nada. Se checó por todos lados… no tenía el celular. Golpeó su cabeza contra la puerta mientras trataba de calmarse- Lo perdí cuando nos caímos del estúpido autobús.
-Tú, pero ¡Yo no! –Le dijo enseñando su celular y con una gran sonrisa marcó al número de su madre mientras que Ashley, se retorcía por dentro por haberlo perdido.
-¿Y? –Preguntó triste por su querido celular. Kathia colgó y la miró desilusionada.
-En este lugar no hay señal.
-¡Ah! –Y volvió a golpear su cabeza contra la puerta-¡No quiero estar aquí! ¡Quiero irme! ¡Quiero saber que pasa! ¡Quiero saber lo que nos ocultan Bill y Tom! ¡Quiero saber cómo esta Travis! ¡Quiero saber cómo esta mi mamá! ¡Quiero saber… dónde está Tom! –Exigió rompiendo a llorar- Quiero…quiero que todo esto acabe. –Kathia abrazó a su amiga fuertemente.
-Todo estará bien Ashley, sea lo que sea, ellos nos mantendrán a salvo. –Murmuró.
-Quiero estar sola –Y dicho esto abrió la puerta de ‘su habitación’ y entró.
Un peinador rustico con un gran espejo: cremas, pinturas, peines, broches; arriba de éste. Un armario con vestidos de siglos pasados, nada de ropa actual. Pinturas de paisajes sobre las paredes, una puerta que se dirigía al baño. Y toda la habitación de un color marrón que le daba un toque elegante.
Una gran cama, que si la veías jurarías que era la más cómoda del mundo con sus acolchonadas sábanas y almohadas.
Ashley caminó hasta ella y con cuidado se acostó abrazando una de tantas almohadas que tenía esa cama.
-Su hora, ya llego.
-Yú tiene hambre.
-Nosotros, tenemos hambre.
-Parece que ha pasado casi una eternidad desde que no he comido tan delicioso.

¿Por qué ellas? ¿Por qué las siguen a ellas? ¿Qué es lo que tienen, que desean con toda… su alma, para matarlas? Lo que ocultan Bill y Tom es sobre eso, estaba muy segura.
No se encontraba a gusto, sabía que su mamá ya le debió de haberle hablado a la policía para comenzar con su búsqueda. Al menos que… Ryan le haya dicho todo; qué raro, primero la insulta, le desea lo peor, pero aún así, la quiso proteger. Todavía la quería y por eso sabe que no le va a decir nada a nadie.
Se encontraba completamente exhausta, observó sus brazos: raspados con moretones y llenos de tierra. Y no quería observar sus piernas, sabía que estaban exactamente igual. Se volvió a acomodar entre las sábanas y sin saberlo, se quedó dormida.



-¡No me atraparás! –Sueños, otra vez estos sueños ¿Cuándo me dejarán?
Soy yo, corriendo… Estos pasillos ya los he visto; Claro, estoy en esta misma casa… pero no en esta época. Corro de alguien ¿Huyo, pido ayuda? No, solamente juego con esa persona.
-Ja, ya verás que sí –Y esa persona era Tom. Yo rió sin parar, me divierto como nunca. No puedo entender cómo puedo correr con estos vestidos, tal vez, era la costumbre ¡Da igual! Es solamente un sueño, ¿no?
Tom ya no estaba, al fin lo perdí. Me recargue en la pared del pasillo tratando de tranquilizarme; seguía riendo ¡Por dios, cállate! Me va a escuchar sino me calmo. Respiré hondo y al fin pude calmarme. Me acomodé mi vestido y mi cabello que… ¿Cómo rayos estoy peinada? Bueno da igual, creo que mi yo del pasado si sabe.
Espere en ese pasillo a que Tom me encontrará. Espere y espere… pero no, nada. Camine una y otra vez por ese pasillo y no, ni rastro de Tom. Pero que malo ¡Se olvidó de mí! Mmm, tal vez Bill le habló. La verdad es que no habido movimiento en la casa, estoy sola. Okey, aprovecharé para darle un vistazo, la verdad es que he estado aquí mucho tiempo y no la he visto por completo.
Saque mi pequeño abanico de mi manga derecha… que raro sonó eso. Esta época sí que está llena de sorpresas.
Recorrí cada pasillo de esa mansión, entre y salí de cada habitación, subí y baje escaleras, parecía que esta casa no tenía fin.
-Ariadna…
-¿Hum? –Voltee hacia el pasillo ante el llamado. ¿Ariadna? Genial, ahora me llamo así. Creo que ya me soñé con ese nombre, tal vez… sea la continuación de ese sueño.
Camine dentro del pasillo y me quedé en silencio a ver si volvían a llamarme, pero no, no lo hicieron. Al igual que en los sueños, estoy loca. Bueno, ya que nadie me habla, seguiré por mi propio recorrido.
-Ariadna –Otra vez ¡Pero no es nadie!
-¿Quién es? –Pregunté volteando a todos lados. La voz no se me hacía conocida, era como un susurro que provenía del viento, pero aún así era gruesa.
-Ariadna, Ariadna, Ariadna… ven a mí.
-¡Ah! –Mi cabeza, me duele mucho. Dejé caer mi abanico, para así, taparme mis oídos. No toleró esa voz, es fuerte para mí.
-Ariadna, ven… ven conmigo Ariadna
-¡Agh! ¡Cállate! –Chillé. Mientras me dejaba caer de rodillas, esa voz aturde.
-Ven conmigo Ariadna… -No. No. No. No accedas, no lo escuches. No- Ven mi amor, ven –No… no… Esa fuerza de voluntad disminuía. Me levanté con delicadeza, perdí la razón del tiempo, sentía que flotaba. Me olvidé de todo, solamente quería escucharlo a él- Si, acércate, para que podamos estar juntos.
Camine hacia la 3° puerta y con cuidado la abrí. Entre en esa habitación, no me detuve, me acerqué a él y lo abracé lo más fuerte que pude. Él acarició mis brazos y recorría mi cuello con sus labios hasta llegar a los míos.
Me dejé llevar, quería que me besara, que me tocara, quería complacerlo. Fui su títere en ese momento, no me importó.
Nuestras lenguas se acariciaban desesperadamente, solo nos separábamos para tomar aire. Sentí sus colmillos sobre mis labios, me dio una pequeña mordida, lo disfruté. Me aferró a él tomándome de las caderas, mientras el beso aumentaba cada vez más, no quería que parara. Hizo que girara, levantó mi cabello y besaba mi nuca, mientras que con su otra mano desabrochaba mi corsé, su tacto era frío pero excitante. Yo cerré mi boca tratando de no soltar pequeños gemidos.
Mi corsé ya estaba en el piso, de la parte de arriba me encontraba completamente desnuda, sus manos recorrían cada parte de mi piel. Me hacía daño, me apretaba, pero me gustaba. Sin separarnos y sin que él dejará de besar mi hombro, caminamos hasta la enorme cama. Yo me giré a él haciendo que se desasiera de su elegante saco negro, desabroche su blanca camisa, dejando su perfecto pecho al descubierto. Lo acaricié hasta llegar a su cuello y di pequeños besos en su abdomen dejando marcas rojas sobre su pálida piel. Él me tomó de mis muñecas y bruscamente hizo que me acostara; mi falda, prácticamente, ya no existía. Besaba mis pechos lastimándome completamente, pero no quería que parara, quería que siguiera, yo me aferre de su cabello disfrutando de él. Comenzaban los gemidos. Me penetraba rápido, yo rogaba por más. Sabía perfectamente que su espalda se encontraba arañada y los rasguños seguían cada vez más. Dolía, pero era más el placer. Delicadamente me levanté y yo eché mi cuello hacia atrás, él volvía a besarlo. Entreabrió su boca y pude sentir sus colmillos salir.
-Ahh… -Esa sensación punzocortante… se sentía tan bien. Seguía succionando, me alegraba saber que le gustaba. Dejó de hacerlo y jaló de mí para que volteara a verlo. Su boca estaba llena de sangre, de mí sangre.
-Solamente eres mía –Susurró lamiéndose los labios- No dejarás que nadie más te toque –Advirtió.
-Nunca… Kiro.

Continuara***
Sorpresa, ¿No? Que tengan un buen fin de semana queridos lectores(:

2 mar 2011

Cap.51 Hola amiga.

Él chico caminó hacia ella. Ashley cerró la puerta para quedar frente a frente con él.

-¿A dónde vas? Que… ¿Qué demonios está pasando aquí? –Preguntó exaltado, confundido.
-Te responderé cuando sepa –Contestó dando una débil sonrisa. Se giró y abrió la puerta, Ryan agarró delicadamente su brazo, Ashley solamente se encogió de hombros.
-No dejare que te vayas. Y menos con ellos –Dijo apuntándolos. La chica cerró sus ojos y volteó a verlo.
-Todo estará bien –Contestó tomando su mano-Confía a en mi.
-Lo hago… pero no en ellos.
-¡Vámonos! –Apuró Kathia. Ashley le rogaba a Ryan con la mirada que la dejará ir. Ryan respiraba agitadamente ¿Cómo dejarla ir?... Pesadamente, cerró sus ojos y la soltó- No le digas nada a mi mamá ¿Okey?
-Vete –Le ordenó sin abrir los ojos.
-Gracias –Musitó y subió al auto. Bill inmediatamente arrancó en reversa alejándose de ese lugar.
-¿Y qué hay con ellos? –Le preguntó Kathia a Bill sin dejar de ver a los chicos.
-Estarán bien –Respondió acelerando el motor.
-Bill… -Esta vez habló Ashley- ¿Pasa algo? –Ella lo sospechaba, había algo en el chico que la inquietaba. Bill no estaba bien, estaba nervioso, pensativo y molesto. Él la vio por el espejo retrovisor y Kathia volteó a verlo a él. Un silencio se hizo presente en ese momento, solo se escuchaba el rugido del motor.
-Aquí no se los diré –Dijo volviendo a poner los ojos en el camino. Las dos chicas voltearon a verse confundidas, pero a partir de ahí, no se pronunció ninguna palabra.
Horas, pasaron horas conduciendo. Ashley se encontraba acostada en los asientos traseros jugando con un mechón de cabello mientras trataba de sacar conclusiones por su cuenta. Kathia no dejaba de ver el camino atreves de la ventana, ya habían salido de la ciudad de Alemania y Bill no le decía nada, eso la hacía ponerse más nerviosa. Entonces decidió ella romper el silencio.
-¿A dónde nos llevas? –Preguntó nerviosa y confundida, ante la pregunta, Ashley se levantó y se recargó en el asiento de su amiga.
-A un lugar seguro –Respondió él entre dientes.
-¿Seguro? –Preguntó la chica de cabello negro frunciendo el ceño. Con esa respuesta era más que obvio, pasaba algo malo- Quiero que nos digas que está pasando Bill –Ordenó con un nudo en la garganta.
-¡Aquí no se los diré! ¿¡No entienden?! –Gritó haciendo que las dos se exaltaran. Al notar eso, Bill trató de calmarse-: Se lo diré, se los diré todo; pero cuando lleguemos y cuando estemos todos presentes -Kathia iba a decir algo, pero mejor optó por callarse de inmediato, se recargó en su asiento al igual que su amiga y se dedicó a observar el cielo…amanecía.
-Bill –Musitó.
-¿Hm?
-Ya puedes… ¿ya puedes resistir la luz del sol? –Preguntó sin dejar de ver el cielo.
-No –Contestó haciendo lo mismo y sin pensarlo más, aceleró.











Una enorme casa en medio del inmenso bosque. Era de color crema, unas inmensas ventanas a lado de la gran puerta café. Para llegar a la puerta, había unas pequeñas escaleras de madera, los barandales eran de color negro y en el segundo piso se admiraba una terraza con una puerta de cristal para lograr entrar. Algo que no podía faltar, en cada ventana había grandes cortinas color guindo haciendo que la mansión este en completa oscuridad.
Los tres bajaron del carro, Bill caminó hacia la casa mientras que Ashley y Kathia no se movieron del auto de Tom.
-Ashley, tengo miedo –Susurró Kathia.
-Yo también –Admitió- Ni me imagino cómo deben de estar nuestras madres.
-Para mí que ya les debió de haber dado un infarto.
Bill, que ya se encontraba en la casa, hizo una seña para que se acercaran. Ellas, dudosas, caminaron hasta el hermoso muchacho; subieron las escaleras y se detuvieron en el penúltimo escalón. Bill las vio por un momento y después volteó hacia la puerta. No hizo movimiento alguno, solamente se quedo ahí de pie, en silencio. Ashley y Kathia se miraron confusas. Un estruendo se dejó escuchar y las dos voltearon hacia la puerta. La abrían.
-Pasen –Indicó Bill. Las chicas correspondieron a la orden. Entraron ellas y después el esbelto muchacho. La puerta se cerró detrás de ellos. Se pudo observar a dos sirvientes de mayor edad: un hombre y una mujer. Ashley ladeó su cabeza, esa anciana era la que la atendió cuando fue a la preparatoria.
-Con permiso joven Kaulitz –Dijeron los dos al mismo tiempo, Bill asintió y se retiraron.
Los dos sirvientes, al pasar a un lado de las chicas, no pudieron evitar voltear a verlas; ellas dos hicieron lo mismo. Sintieron que un escalofrío les recorría la espalda a sentir sus miradas sobre ellas… era algo horrible.
La casa era más enorme por dentro, eran como las típicas casas antiguas: al entrar un gran candelabro colgaba sobre ellos, muebles con fotografías y en medio una gran escalera que después se dividía en dos para ir a diferentes sectores de la casa.
-Bien Bill, te escuchamos –Habló Kathia.
-Todavía no estamos todos presentes –Contestó llevando sus manos atrás de su espalda.
-Bill, no tenemos todo tu tiempo ¡Nos esperan! –Gritó Ashley desesperada.
-¡Tú no sabes cómo se pondrán nuestras madres! –Le siguió Kathia.
-Todavía no puedo hablar –Volvió a decir ignorando sus palabras completamente.
-¡Bill! –Le gritó Kathia- Llévanos a casa, por favor –Insistía.
-Creo que no se podrá –Contestó una voz femenina. Los tres giraron hacia la escalera y la vieron a ella. Kathia se puso completamente blanca como un papel y Ashley sentía que su corazón se le saldría por la garganta.
Ella bajó con elegancia las escaleras luciendo un simple pero hermoso vestido color azul marino haciendo resaltar sus perfectos ojos negros.
-No, hasta que sepamos que ya están a salvo –Continuó hablando.
-Yo te conozco –Logró decir Ashley. La chica volteó a verla y encarnó una ceja.
-¿Ah sí?
-Eres... eres Andrea.
Andrea sonrió.
-Creo que mis visitas sirvieron de algo –Dijo Andrea con una sonrisa. Después volteó a ver a Kathia- Perdón por asustarte de esa forma, esa no era mi intención.
-Ah… -Parpadeó varias veces para logar salir del shock- Si, no te preocupes.
-¿Dónde están los demás? –Le preguntó a Bill.
-Ya vienen. –Respondió él.
-No te pregunté si ya vienen o no. Te pregunté donde están.
-Eso no importa –Comenzaban a discutir- Lo importante es que ya vienen –Andrea lo vio molesta y volteó con Kathia.
-Yo no sé como lo aguantas –Bufó. Bill y Kathia abrieron los ojos como platos y se ruborizaron completamente. Ashley y Andrea se echaron a reír.
-Andrea, tu nos puedes decir ¿Qué es lo que está pasando? –Preguntó Ashley. Andrea miró a Bill y negó con la cabeza en forma de decepción.
-Eso me corresponde a mí –Dijo seriamente y se fue de ahí. Las dos voltearon a ver a Bill, éste solamente tenía la cabeza agachada.
-Les mostraré la casa –Musitó.
-Bill… -Lo llamó Kathia, pero él no hizo caso y siguió caminando hacia las escaleras- Bill tenemos que volver.
-Por aquí –Indicó deteniéndose en la escalera derecha –Las dos chicas soltaron un desesperado suspiro y sin más, tuvieron que caminar.

Continuara***
Que tengan un buen día(:

1 mar 2011

Cap.50 Su hora, llego.

Las dos chicas se tensaron automáticamente. Romeo… había un tal Romero en el grupito de Strify y Kiro. Ashley apretó muy fuerte la mano de su amiga ¿Cómo no se dio cuenta antes? Era él, lo había visto en la visión que le ofreció Tom, lo único que había cambiado era la forma de vestir.

-¿Qué les pasa? Parece que han visto un fantasma –Dijo malicioso. Romeo alargó su mano, iba a tocar el rostro de Kathia, pero Ashley rápidamente corrió hacia donde estaba el timbre para que el autobús parara. Cuando éste freno, los tres perdieron el equilibrio; Romeo cayó al suelo, Ashley y Kathia también iban a caer pero la chica de cabello castaño logró detenerse agarrando uno de los tubos de la puerta, tomó la mano de su amiga para evitar que fuera dar al piso y la jaló para que se pusiera de pie.
-¡Corre! –Ordenó Ashley al ver que Romeo se levantaba. Las dos bajaron corriendo las escaleras y desgraciadamente se tropezaron en el 2° escalón cayendo horriblemente a la calle. Las puertas del autobús se cerraban, la chica de cabello negro difícilmente volteó a verlas; aún estando golpeada y raspada por la caída se alegró al sentir que por el momento estaban a ‘salvo’. Giró con Kathia, que estaba de rodillas, y le sonrió.
-Estuvo cerca –Dijo aliviada. Kathia asintió.
-¿Estás bien? –Preguntó levantándose completamente. Ayudó a su amiga para que también se pusiera de pie.
Un horrible sonido se escuchó, un automóvil había derrapado causando una carambola. Las dos automáticamente voltearon hacia el frente y vieron al autobús atravesado en la carretera y alguien abriendo las puertas a la fuerza.
-¿Por qué me dejan así? Apenas las estaba conociendo –Dijo elegantemente Romeo saliendo de la unidad.
-¿Qué hacemos? –Preguntó Kathia asustada levantando completamente a su amiga.
Personas que pasaban por ahí y varios automovilistas se situaron en el lugar rodeando el autobús y a las chicas.
-No puede hacernos nada enfrente de todas estas personas –Susurró Ashley retrocediendo hasta quedar con la muchedumbre.
-¿Tú crees? –Preguntó Kathia haciendo lo mismo.
-S-Sí –Respondió tratando de sonar convincente.
Entre la gente despertaban los murmullos y exclamaciones, veían sorprendidos a Romeo al ver que bajó del autobús sin ningún rasguño.
-Vámonos ya –Susurró Kathia. Su amiga asintió.
Las dos retrocedieron sin dejar de ver a Romeo, pero después de tres pasos ya no caminaron más ya que toparon con una de las tantas personas que había en ese lugar.
-Perdone –Musitó Ashley al pisar a alguien
-No hay cuidado… Ashley –Contestó… él. La chica de cabello negro se puso completamente tensa al reconocer la voz y al sentir las frías y delicadas manos sobre sus hombros.
-K-Kathia –Susurró asustada, estaba completamente inmóvil. Su amiga no la escuchó- Kathi –Volvió a llamarla.
-Mch, mch… Romeo está molesto –Dijo él- No le gusta que las personas sean groseras –Recalcó apretando los hombros de la chica.
-¡Kathia! –Al fin pudo gritar. Su amiga al igual que la muchedumbre voltearon hacia ella; Kathia automáticamente abrió los ojos como platos.
-Kiro –Susurró sorprendida- ¡Suéltala! –Ordenó agarrando la mano de su amiga. Éste, raramente accedió ante la orden y la soltó- ¡Corre!
Toda gente se abría paso ante ellas dos. De vez en cuando volteaban hacia atrás para ver si Kiro las seguía, pero no, ni rastro de él.
-¡Ay! –Exclamó Kathia al pegarse con algo. Abrió sus ojos y trató de gritar pero el nudo que se había formado en su garganta se lo impidió. Estaban aquí.
-¿Adonde van tan rápido? –Preguntó Strify encarnando una ceja. Ashley volteó a todos lados desesperada, ahí estaban todos: Strify, Kiro, Shin, Romeo. No. No estaban todos, faltaba uno, Yú. Daba igual quien faltaba, con cuatro fuertes vampiros ahí, estaban acabadas.
-¡Ayuda! –Gritó de la nada al ver que los otros tres se acercaban. Kathia volteó a verla anonada y Strify solamente sonrió- ¡Ayúdenos por favor! –Suplicó. Miraba a toda la gente pero nadie hacia nada: Unos solamente volteaban a verse confundidos, otros se susurraban cosas y la otra gran mitad se quedaron simplemente rígidos… parecían soldados- ¡Por favor ayúdenos! –Gritaba desesperadamente, parecía que nadie la escuchaba, parecía una desesperante pesadilla.
-Su hora, ya llego –Dijo Shin deteniéndose a un lado de Kathia.
-¿D-de q-qué hablan? –Preguntó torpemente la chica de cabello castaño.
-Yú tiene hambre –Contestó Strify.
-¡Aléjense de nosotras! –Advirtió Ashley al ver que Romeo se acercaba más a ellas.
-Nosotros, tenemos hambre –Continuó Kiro como si no las hubiese escuchado.
-Parece que ha pasado casi una eternidad desde que no he comido tan delicioso –Susurró Romeo lamiéndose los labios.
El rugido de un motor se dejó escuchar. Un Audi R8 se dejo ver ante la multitud; dos chicos salieron detrás del carro… eran Georg y Gustav y uno más se bajó del carro… era Tom.
-Súbanse –Ordenó Tom jalando a su amada. Ésta, torpemente comenzó a caminar, agarró la puerta y se quedó inmóvil observando a Bill; él no volteó a verla, solamente se dedicaba a observar a la nada y repetidas veces fruncía el ceño.
Al sentir el tacto de Kathia sobre su mano, la chica pudo reaccionar. Abrió la puerta trasera al mismo tiempo que Kathia cerraba la delantera. Ashley pudo observar que Bill al fin reaccionó y volteó hacia su amiga.
-Ashley –Alguien la llamaba. Volteó hacia la muchedumbre confundida, esa voz era muy conocida.
-Ryan –Susurró ella.
Continuara***
Al fin tengo Internet(: ! Disfruten la lectura!