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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

2 mar 2011

Cap.51 Hola amiga.

Él chico caminó hacia ella. Ashley cerró la puerta para quedar frente a frente con él.

-¿A dónde vas? Que… ¿Qué demonios está pasando aquí? –Preguntó exaltado, confundido.
-Te responderé cuando sepa –Contestó dando una débil sonrisa. Se giró y abrió la puerta, Ryan agarró delicadamente su brazo, Ashley solamente se encogió de hombros.
-No dejare que te vayas. Y menos con ellos –Dijo apuntándolos. La chica cerró sus ojos y volteó a verlo.
-Todo estará bien –Contestó tomando su mano-Confía a en mi.
-Lo hago… pero no en ellos.
-¡Vámonos! –Apuró Kathia. Ashley le rogaba a Ryan con la mirada que la dejará ir. Ryan respiraba agitadamente ¿Cómo dejarla ir?... Pesadamente, cerró sus ojos y la soltó- No le digas nada a mi mamá ¿Okey?
-Vete –Le ordenó sin abrir los ojos.
-Gracias –Musitó y subió al auto. Bill inmediatamente arrancó en reversa alejándose de ese lugar.
-¿Y qué hay con ellos? –Le preguntó Kathia a Bill sin dejar de ver a los chicos.
-Estarán bien –Respondió acelerando el motor.
-Bill… -Esta vez habló Ashley- ¿Pasa algo? –Ella lo sospechaba, había algo en el chico que la inquietaba. Bill no estaba bien, estaba nervioso, pensativo y molesto. Él la vio por el espejo retrovisor y Kathia volteó a verlo a él. Un silencio se hizo presente en ese momento, solo se escuchaba el rugido del motor.
-Aquí no se los diré –Dijo volviendo a poner los ojos en el camino. Las dos chicas voltearon a verse confundidas, pero a partir de ahí, no se pronunció ninguna palabra.
Horas, pasaron horas conduciendo. Ashley se encontraba acostada en los asientos traseros jugando con un mechón de cabello mientras trataba de sacar conclusiones por su cuenta. Kathia no dejaba de ver el camino atreves de la ventana, ya habían salido de la ciudad de Alemania y Bill no le decía nada, eso la hacía ponerse más nerviosa. Entonces decidió ella romper el silencio.
-¿A dónde nos llevas? –Preguntó nerviosa y confundida, ante la pregunta, Ashley se levantó y se recargó en el asiento de su amiga.
-A un lugar seguro –Respondió él entre dientes.
-¿Seguro? –Preguntó la chica de cabello negro frunciendo el ceño. Con esa respuesta era más que obvio, pasaba algo malo- Quiero que nos digas que está pasando Bill –Ordenó con un nudo en la garganta.
-¡Aquí no se los diré! ¿¡No entienden?! –Gritó haciendo que las dos se exaltaran. Al notar eso, Bill trató de calmarse-: Se lo diré, se los diré todo; pero cuando lleguemos y cuando estemos todos presentes -Kathia iba a decir algo, pero mejor optó por callarse de inmediato, se recargó en su asiento al igual que su amiga y se dedicó a observar el cielo…amanecía.
-Bill –Musitó.
-¿Hm?
-Ya puedes… ¿ya puedes resistir la luz del sol? –Preguntó sin dejar de ver el cielo.
-No –Contestó haciendo lo mismo y sin pensarlo más, aceleró.











Una enorme casa en medio del inmenso bosque. Era de color crema, unas inmensas ventanas a lado de la gran puerta café. Para llegar a la puerta, había unas pequeñas escaleras de madera, los barandales eran de color negro y en el segundo piso se admiraba una terraza con una puerta de cristal para lograr entrar. Algo que no podía faltar, en cada ventana había grandes cortinas color guindo haciendo que la mansión este en completa oscuridad.
Los tres bajaron del carro, Bill caminó hacia la casa mientras que Ashley y Kathia no se movieron del auto de Tom.
-Ashley, tengo miedo –Susurró Kathia.
-Yo también –Admitió- Ni me imagino cómo deben de estar nuestras madres.
-Para mí que ya les debió de haber dado un infarto.
Bill, que ya se encontraba en la casa, hizo una seña para que se acercaran. Ellas, dudosas, caminaron hasta el hermoso muchacho; subieron las escaleras y se detuvieron en el penúltimo escalón. Bill las vio por un momento y después volteó hacia la puerta. No hizo movimiento alguno, solamente se quedo ahí de pie, en silencio. Ashley y Kathia se miraron confusas. Un estruendo se dejó escuchar y las dos voltearon hacia la puerta. La abrían.
-Pasen –Indicó Bill. Las chicas correspondieron a la orden. Entraron ellas y después el esbelto muchacho. La puerta se cerró detrás de ellos. Se pudo observar a dos sirvientes de mayor edad: un hombre y una mujer. Ashley ladeó su cabeza, esa anciana era la que la atendió cuando fue a la preparatoria.
-Con permiso joven Kaulitz –Dijeron los dos al mismo tiempo, Bill asintió y se retiraron.
Los dos sirvientes, al pasar a un lado de las chicas, no pudieron evitar voltear a verlas; ellas dos hicieron lo mismo. Sintieron que un escalofrío les recorría la espalda a sentir sus miradas sobre ellas… era algo horrible.
La casa era más enorme por dentro, eran como las típicas casas antiguas: al entrar un gran candelabro colgaba sobre ellos, muebles con fotografías y en medio una gran escalera que después se dividía en dos para ir a diferentes sectores de la casa.
-Bien Bill, te escuchamos –Habló Kathia.
-Todavía no estamos todos presentes –Contestó llevando sus manos atrás de su espalda.
-Bill, no tenemos todo tu tiempo ¡Nos esperan! –Gritó Ashley desesperada.
-¡Tú no sabes cómo se pondrán nuestras madres! –Le siguió Kathia.
-Todavía no puedo hablar –Volvió a decir ignorando sus palabras completamente.
-¡Bill! –Le gritó Kathia- Llévanos a casa, por favor –Insistía.
-Creo que no se podrá –Contestó una voz femenina. Los tres giraron hacia la escalera y la vieron a ella. Kathia se puso completamente blanca como un papel y Ashley sentía que su corazón se le saldría por la garganta.
Ella bajó con elegancia las escaleras luciendo un simple pero hermoso vestido color azul marino haciendo resaltar sus perfectos ojos negros.
-No, hasta que sepamos que ya están a salvo –Continuó hablando.
-Yo te conozco –Logró decir Ashley. La chica volteó a verla y encarnó una ceja.
-¿Ah sí?
-Eres... eres Andrea.
Andrea sonrió.
-Creo que mis visitas sirvieron de algo –Dijo Andrea con una sonrisa. Después volteó a ver a Kathia- Perdón por asustarte de esa forma, esa no era mi intención.
-Ah… -Parpadeó varias veces para logar salir del shock- Si, no te preocupes.
-¿Dónde están los demás? –Le preguntó a Bill.
-Ya vienen. –Respondió él.
-No te pregunté si ya vienen o no. Te pregunté donde están.
-Eso no importa –Comenzaban a discutir- Lo importante es que ya vienen –Andrea lo vio molesta y volteó con Kathia.
-Yo no sé como lo aguantas –Bufó. Bill y Kathia abrieron los ojos como platos y se ruborizaron completamente. Ashley y Andrea se echaron a reír.
-Andrea, tu nos puedes decir ¿Qué es lo que está pasando? –Preguntó Ashley. Andrea miró a Bill y negó con la cabeza en forma de decepción.
-Eso me corresponde a mí –Dijo seriamente y se fue de ahí. Las dos voltearon a ver a Bill, éste solamente tenía la cabeza agachada.
-Les mostraré la casa –Musitó.
-Bill… -Lo llamó Kathia, pero él no hizo caso y siguió caminando hacia las escaleras- Bill tenemos que volver.
-Por aquí –Indicó deteniéndose en la escalera derecha –Las dos chicas soltaron un desesperado suspiro y sin más, tuvieron que caminar.

Continuara***
Que tengan un buen día(:

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