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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

7 mar 2011

Cap.54 Escape

-¡Tom suéltala! –Todo fue un alboroto en la sala. El mayor de los Kaulitz había perdido el control; tenía a Ashley contra la pared, sus enormes y largas manos aplastaban sus brazos- ¡Tom!... ¡No la lastimes!... ¡Reacciona Thomas!–Todos le gritaban. Bill se había llevado a Kathia contra su voluntad. Tom cada vez se ponía más furioso.

-¿Cómo puedes pensar eso? –Le reclamaba el mayor de los Kaulitz- Después de todo lo que hecho y dejado por ti…
-¿Cómo pudiste mentirme? –Se defendió, no le tenía miedo- ¿Cómo pudiste lastimarme? Me juraste que nunca me heriste, que nunca tocaste un cabello mío… ¿Porqué no me dijiste toda la verdad?
-¡¿Crees que es fácil?! Nunca quería que supieras sobre mi verdadera entidad, ni mucho menos lo que tú eras. Cuando te vi en el parque… otra vez, entendí que me debía alejar de ti, tenía que poner obstáculos en nuestros caminos para que no te acercaras a mí, para no volver a arruinar tu existencia, para mantenerte a salvo… pero no ¡Tenías que ser curiosa, tenías que ser terca!
-¡A mí no me culpes! –Le gritó furiosa- Lo habías logrado, te logré odiar… te odiaba porque tu lo hacías sin razón… pero después me demostraste otra faceta de tu vida, tu misterio me llamó tanto la atención, quería saber cuál era la razón de tu sufrimiento que tenías plasmado en tus ojos… ¡Fue tú culpa! –Tom se quedó callado y lentamente la fue soltando mientras la veía anonado.
Cuando estaba libre, no lo pensó dos veces y corrió en busca de su amiga dejando a Tom solo y completamente destrozado. Era cierto, ella lo detestaba. Pero los impulsos de él, la necesidad de estar con ella, no los pudo vencer…



























-¡Kathia!... ¡Kathia!... ¡¡Kathia!! –La buscaba como desquiciada por toda la mansión: había recorrido como 15 pasillos, había abierto 67 puertas; pero no había rastro de su amiga. Pero aún así no se rendía, seguía corriendo, seguía llamándola. Comenzaba a cansarse, pero necesitaba salir de ahí con su amiga.
Último pasillo, últimas puertas... había abierto casi todas, faltaba una pero parecía estar atorada.
-Vamos… vamos –Se repetía una y otra vez tratando de abrirla- ¡Ábrete de una vez! –Gritó dándole una fuerte patada, pero nada. Usó todo su peso para golpear la puerta mientras giraba la perilla- ¡Kathia, ¿estás ahí?! –Gritó dándole demasiados golpes a la ‘gran barrera’.
-¡Ashley!… ¡Ashley! –Era la voz de su amiga.
-Kathia –Musitó sorprendida- ¡No te preocupes, te sacaré de ahí!
-¡No! –Dio un gritó ahogado- ¡No lo hagas!
-¡¿Qué?! ¡Kathia! ¡¿Qué pasa?! –Gritaba desesperada mientras seguía golpeando la puerta, poco a poco se comenzaba a abrir.
-¡No! –Gritaba desesperada
-¡Ya voy Kathia!
-¡No Ashley! –Unos golpes más y la abría. Otro, otro, otro, uno más… la puerta salió disparada, al fin se abrió.
La habitación estaba en completa oscuridad, Ashley buscaba a su amiga desde la puerta. Pudo visualizar a algo moviéndose.
-¡Kathia! –Dijo al fin y corrió hacia ella.
-¡No! –Gritó su amiga- ¡Corre, es una trampa!
-¡¿Qué?! –Preguntó sorprendida deteniéndose. Volteó hacia atrás, la puerta se cerraba- ¡No! –Soltó asustada corriendo hacia ella… era tarde, se había cerrado. Ashley intentó de nuevo abrirla, pero ya no podía, le dolían sus brazos- ¡Déjennos salir! –Gritaba una y otra vez mientras golpeaba la puerta, Kathia, no tardó en unírsele. La chica de cabello castaño corrió hacia las ventanas para tratar de abrirlas, pero nada. Volteó hacia el enorme peinador, corrió hacia él y agarró una pequeña lámpara.
-¿Qué haces Kathia? –Preguntó sorprendida por lo bajo.
-Sacándonos de aquí –Respondió aventando la lámpara hacia la ventana, la habían quebrado. Ashley sonrió al ver que se largarían de ahí- Hay que terminarlo de quebrar –Volteó hacia su amiga- Busca otra cosa –Ordenó dándole vueltas a la habitación- y rápido, hice mucho ruido, ya debieron de darse cuenta –Dijo exaltada.
-¿Un cuadro sirve? –Preguntó viendo la enorme pintura en la pared.
-Habrá que intentar -Musitó.
Como pudieron bajaron ese cuadro y entre las dos golpearon la ventana, hasta que al fin, se quebró por completo.
-No es tan alto –Admitió Ashley bajando el cuadro.
-Alto o no, tenemos que bajar ya. –Su amiga solo asintió. Con cuidado, la chica de cabello negro puso un pie afuera y lo recargó en el angosto piso debajo de la ventana, después puso el otro pie y recargándose completamente a la pared, caminó hasta la esquina de la casa que no quedaba tan lejos. Al llegar, bajó usando de apoyo los huecos de las paredes.
-Cuando estés acá ¡Cuidado en donde pisas! –Le advirtió. Ésta asintió y al ver que su amiga estaba a mediación, puso también un pie en el aire.
-¿¡Qué creen que hacen?! –Gritó una voz a sus espaldas. Kathia, abrió sus ojos sorprendida, era Andrea. Como pudo, salió del cuarto avanzando lo más rápido posible hacia la esquina.
-¡Rápido Ashley! –Gritó Kathia- ¡Nos descubrieron! –La chica de cabello negro volteó a verla anonada, torpemente asintió y bajó como pudo lo que le faltaba. Kathia intentaba moverse lo más rápido posible, pero era tan angosto ese piso que si daba un paso mal podía caer.
-¡Kathia! –La llamó alguien. Kathia volteó hacia la ventana, Bill había llegado.
-Mierda… -Susurró asustada. Cerró fuerte sus ojos y respiró profundo, no estaba tan alto, así que optó por saltar.
Ashley, que ya la esperaba abajo, vio que Bill la seguía. Estaba a punto de gritarle, cuando observó la estupidez que iba hacer.
-¡No Kathia! –Gritó desesperada- ¡Kathia! -Pero ya era tarde, ya había saltado.

Continuara***

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