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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

22 jun 2011

Cap. 03 Andrew

-¿Pero por qué no?

-¡No insistas Ruth! Eso ya no es para mí, ya tengo suficiente de esas cosas llamadas ‘hombres’ –Le respondió poniéndose de nueva cuenta su abrigo- Ahora, si me disculpas, tengo que ir por Peter.
-Tú te pones ‘peros’ porqué no quieres salir otra vez lastimada, no tienes la valentía suficiente para rehacer tu vida –Ashley detuvo su marcha al escucharla y no pudo evitar aferrarse a la puerta de cristal.
-No. Me aterra cometer un grave error y que a causa de ello, me lleve de encuentro a Peter, jamás me lo perdonaría –Y al aclararlo, salió por fin de la cafetería.
Rápido, se sintió el cambio total del clima. Ella escondió sus manos del frío en las cálidas bolsas del abrigo y comenzó su marcha hacia la casa de la Sra. Heiffer. Miró al cielo y se percató que faltaba poco para que oscureciera, así que apresuró su paso lo más que pudo.















La oscuridad gobernaba en las calles desiertas de este demacrado y patético pueblo y era el momento donde cosas inexplicables ocurren, cuando las personas sacan su verdadero ser, cuando nada tiene sentido, cuando todos se pierden en un abismo con la esperanza de no ser rescatados, había llegado el momento de la noche.
Se encontraba caminando buscando un lugar decente en donde dormir y ¿Por qué no? Encontrar un animal para poder alimentarse, pero nada. En ese maldito lugar no había nada bueno.
-¡Hey Bob! Mira quien se perdió –O tal vez estaba equivocado- Vaya, vaya ¿Qué es lo que hace un niño rico como tú por estos rumbos? –Preguntó esa porquería humana viéndolo de arriba abajo.
-¿Acaso no sabes lo que le hacemos a niños como tú? –Preguntó otro más saliendo de un callejón. El de trenzas ladeó la cabeza y bufó, que pérdida de tiempo- ¡Hey! ¿A dónde crees que vas?
Tom siguió su rumbo pero con dirección opuesta, no estaba de humor para rebajarse a su estúpido nivel, moría de hambre y por su bien, era mejor que no lo molestaran más.
-Hoy no es tu día de suerte –Logró escuchar los pensamientos de uno de esos- Ven, vamos a seguirlo –Le ordenó en susurro a su compañero. Tom sonrió, le gustaría despedazarlos, le divertiría mucho hacerlo, pero era una lástima que ya no juegue con porquerías como esas.
-Ven niño bonito, vamos a jugar –El de trenzas se detuvo al ver como una roca se estrellaba contra el vidrio de un auto accionando la alarma. Volteó a verlos y en cuestión de segundos otra roca había sido impactada, esta vez, en su rostro.
-¿Crees poder escapar? –Tom, anonado, llevó su mano hasta su mejilla: No tenía herida alguna, ni siquiera le ardía pero no se sorprendió, llevaba años sin sentir esa clase de dolor.
-¡Que no huya! –Había comenzado una persecución. Le habían colmado la paciencia- ¡Ven aquí imbécil!
-¡Te mataremos! –Ya habían pasado cinco calles, era momento de empezar el espectáculo.
-¿Dónde está? –Preguntó confundido caminando hacia el callejón donde habían jurado verlo entrar.
-¿Cómo… cómo logró eso? –Preguntó asustado- ¡Desapareció!
-¡Cállate! Nadie puede hacer eso, el muy maricón se escondió –Le regañó.
-N-no, eso no es normal –Su compañero estaba completamente aterrado- Bob, estaba enfrente de nosotros y de un parpadeo ¡nada! Mejor vámonos.
-Por dios ¡Son trucos baratos! No debe estar lejos –Aseguró retrocediendo, tenía razón- Que…que mierda –Titubeó.
-La pregunta correcta es: ¿Creen ustedes poder escapar? –Les corrigió amablemente y tomó a ese tal Bob por los hombros y lo lanzó contra la pared de aquel callejón- No, yo creo que no –Caminó hacia ese hombre y lo levantó del cuello aplastándolo un poco. Él tomaba sus manos, lo rasguñaba, golpeaba, pero Tom no sentía nada.
-¡Basta! –Chilló su acompañante y el de trenzas hizo caso omiso y siguió apretando el cuello hasta sentir sus huesos tronar, pero no era suficiente, seguía vivo.
-¡Déjalo! ¡Por favor! –Tom giró su vista hacia ese hombre, lloraba- Por favor, déjalo ir –Le suplicó de rodillas, él rió, le gustaba verlos sufrir porque lo hacían sentir más fuerte.
-Ah… -El leve quejido de la persona que tenía entre sus manos se dejó escuchar. Volteó a verlo, quería ver cómo se desvanecía, quería verlo morir.
-¿A-Ashley? –Preguntó con un nudo en la garganta ¡Era ella! Lo miraba con miedo, sus mejillas estaban mojadas y sus rojos ojos hinchados. Inmediatamente la soltó y retrocedió, su cuerpo temblaba, no se podía controlar ¡iba a matarla!
-¡Bob! –Gritó aquel hombre y corrió hacia donde Ashley.
-¿Qué?... –Susurró el de trenzas desesperado y confundido ¿Qué demonios pasaba? Ya no era ella la persona que yacía en el suelo, era el hombre que estaba a punto de matar hace unos segundos.
-Bob, amigo… -Lo trataba de hacer reaccionar, el chico se movió- ¡Te sacaré de aquí!
Tom bajó su vista hacia sus temblorosas manos tratando de encontrar una explicación ¿Qué le paso? Él no es así, él no lastima ¡ya no más! ¿Por qué decayó? ¿Por qué hizo eso? Perdió el control, se dejó llevar, era extraño… hace mucho que no tenía un ataque ¿Qué ocasionó que actuara de ese modo?
-Resiste amigo, te voy a sacar –Esos sollozos lo trajeron de nueva cuenta a la realidad- ¡Quédate conmigo! –Tom se dejó caer de rodillas, iba a matar a una persona que aunque no fuese inocente no merecía morir, no en sus manos.
-L-Lo siento –Tartamudeó sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas- ¡Lo siento!
-¡No te acerques! –Le gritó tratando de cargar a su amigo.
Tomó su cabeza con desesperación al saber la respuesta de su acto: Era el hambre. El hambre lo estaba descontrolando, necesitaba comer… lo que fuese.
-Lárguense… ¡Lárguense ya! –Les gritó a todo pulmón mientras sus ojos cambiaban de color y eso, no era buena señal- ¡Váyanse! –Les suplicó entre sollozos y después de eso, solo escuchó pisadas, al fin se habían ido. El de trenzas se terminó de dejar caer sobre un charco, bajó su mirada hacia éste y ahí vio al Tom que estaba guardado desde hace más de 50 años: El demonio quería volver a salir, pero no iba a permitirlo. Cerró sus ojos, necesitaba calmarse y cuando lo logró, se puso de pie dispuesto a salir de cacería al bosque que se encontraba a tan solo 500 metros, necesitaba tomar el control otra vez y para eso, tenía que alimentarse.
-¡Que mierda! –Soltó exaltado al ver que el cuerpo de una persona caía sobre sus pies.
-Hemos oído hablar mucho de ti, Tom –Se escuchó una voz proveniente de la oscuridad.
-¿Quién eres? –Preguntó mostrando sus colmillos- ¡Muéstrate! –Rugió.
-Tranquilo, no queremos hacerte daño –Una voz más- Solo estamos aquí para decirte…
-Nuestro jefe quiere verte –Le avisó en susurro, estaba detrás de él y al acto, se giró, pero ya no había nadie.
-Pensé que eras más rápido –Confesó desilusionado. Tom sonrió.
-No me subestimen –Aseguró.
Ya no tenía necesidad de hacer un movimiento brusco, los cuatro salieron de las sombras y caminaron hasta
quedar frente a frente.
-¿Quiénes son? –Cuestionó frunciendo el ceño. Ellos voltearon a verse y uno caminó hacia él.
-Nada, en el día, pero en la noche somos el Dios de este pueblo –Respondió limpiando sus colmillos al tener restos de ‘comida’ en ellos y puso sus manos detrás de su nuca- Nuestro jefe se ha enterado de que éstas aquí…-Tom bajó su mirada hacia el bulto que tenía en sus pies, era una chica. Al parecer acababan de comer y por ende, no era buena idea atacarlos-…y quiere hablar contigo.
-¿A sí? –Preguntó riendo- ¿Y quién es su jefe?
-Tu pequeño hermano… -El cuerpo del de trenzas se tensó completamente al escuchar su voz. Miró sobre el hombro del ser que tenía enfrente y vio como los otros se hacían a un lado para dejar ver a su líder, que para él, era un viejo conocido: Vestimenta de cuero negro, rosarios como colguijes, botas, rostro maquillado al igual que sus parpados, labios y mejillas y esa melena que hacía que lo reconocieras a kilómetros de distancia.
-Andrew.


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hoho no me canso de llenarlas de sorpresas e_e xd ! Me voy  disfrutar este rico clima que me ofrece hoy mi ciudad L_L LLUEVE <3 ! Saludos (:

1 comentario:

  1. ¡No entendi ni jota!


    quien carambas es Andrew...¿Que no Bill es su hermano?...


    ¡Mas!



    ¡Si!....Lluvia....¡amo la lluvia! (N la fea)

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