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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

24 jun 2011

Cap. 05 Café.

-¡Sale orden para la mesa tres!

Hoy era un día agitado de trabajo, mesas llenas, pedidos al más no poder, cocineros desesperados y meseros corriendo de un lado a otro para complacer al cliente.
-Ashley… anda, dale una oportunidad.
-No –Le contestó acelerada tratando de preparar más café.
-¡Ashley! El chico está muy interesado, vamos, sal con él.
-¡Entiende que no Ruth! –Le gritó tapando la cafetera.
-Café para la mesa nueve.
-¡Ya va!-Gritó sacando la jarra de la cafetera.
-Ten por seguro que volverá a venir y te seguirá insistiendo hasta que aceptes…
-Pues que lo haga, de igual forma, la respuesta seguirá siendo la misma –Respondió molesta- Ruth ahora no puedo platicar, no sé si no lo has notado pero ¡La cafetería está llena! –Le hizo saber señalando a todos los clientes- Y eso es igual a mucho trabajo, deja de hablar y llévale la orden que tienes en tu hombro al cliente –Le ordenó saliendo de la barra y de ese modo, la dejó con las palabras en la boca -Disculpe por la tardanza –Le dijo avergonzada y el señor bajó su periódico y frunció el ceño.
-No hay problema, ya me lo esperaba, el servicio de aquí siempre es malo –Y dicho esto volvió a subir su periódico. Ashley entrecerró sus ojos, detestaba que se comportaran así y más detestaba no poder decirles nada.
Una pequeña brisa movió su largo cabello negro, la puerta de la cafetería había sido abierta: Un cliente más y aquel lugar explotaba. Ella giró su vista curiosa mientras dejaba la taza vacía sobre la mesa de ese estúpido señor.
-¿Tú? –Preguntó sorprendida para ella misma. Era el mismo chico de ayer y desde que él puso un pie dentro del local, no dejó de seguirlo con la mirada. Tomó asiento en una mesa del rincón, alejados de todos, se despojó de su abrigo y se dispuso a ver el menú que estaba sobre la mesa. Ashley no pudo evitar sonreír al ver las muecas de asco que hacía.
-¡Señorita!
-¿Ah?
-Cuando quiera, puede servirme mi café –Ella lo miró confundida y el señor la miró molesto. Bajó su mirada hacia la mesa y vio la taza vacía y al ver su mano, notó que aún tenía la jarra con el café hirviendo.
-Lo… lo siento –Reaccionó torpemente y comenzó a llenar la taza blanca. Él señor solo gruñó y siguió leyendo su periódico, en ese momento, Ashley aprovechó y giró su vista nuevamente hacia el chico de trenzas que, para su sorpresa, también volteaba hacia ella.
Su cuerpo se tensó ante aquel descubrimiento pero no le quitó la mirada de encima, no quería hacerlo y es que… era demasiado lindo: Su complexión, su forma de sentar, sus muecas, sus toscas manos, su rostro, su nariz perfecta, sus labios carnosos color rosa, el piercing que acompaña el labio inferior, el lunar en su mejilla derecha, el pequeño gorro que adornaba su cabeza llena de trenzas, su forma de vestir y sus ojos que tenían una mirada profunda que hacían que cualquiera se perdiera en ellos.
-¡Muchacha tonta! –Esa voz molesta hizo que volviera a la normalidad y se percatara de que estaba quemando al cliente con el café que estaba tirando: la taza se encontraba totalmente llena y nunca se dio cuenta de ello.
-¡Lo siento mucho! –Dijo totalmente apenada dejando la jarra arriba de la mesa, echó una mirada rápida hacia el chico de trenzas, pero ya no estaba ¡Qué vergüenza!
El cliente se puso de pie y trataba de limpiar los residuos de café que se encontraban impregnados en su “costoso” traje.
-Déjeme ayudarle –Le rogó sacando de las bolsas de su mantel un trapo.
-¡No me toque! –Le gritó aventando su mano- ¡Es una incompetente, una estúpida! –Le escupía las palabras furioso, el cuerpo de Ashley estaba congelado, lo único que podía mover eran sus ojos que observaban a los presentes en el lugar quienes estaban atentos al regaño que estaba recibiendo.
-Trágame tierra –Suplicó mientras sobaba su frente.
-¡Mujer tenía que ser! –Seguía balbuceando- Pero esto no se quedará así ¡Haré que la despidan, que se quede sin nada!
-¿Qué? –Preguntó anonada volteando a verlo al fin- Señor ¡no! Se lo ruego, fue un accidente, perdón, enserio perdón. Si quiere… eh… le pago su traje –Trataba de encontrar una solución, estaba desesperada- Por favor ¡No puedo perder el empleo!
-Esto no se quedará así niña estúpida –Dijo entre dientes.
-No, señor ¡Perdóneme!... –Ashley se estremeció completamente al sentir una mano sobre su hombro, se giró para ver de quién se trataba y se quedó sin habla al descubrir que era el chico de trenzas.
-No pidas perdón –Le dijo negando con la cabeza- Alguien como él, no merece tus disculpas –Le hizo saber volteando a verlo molesto.
-¿Y tú quién eres? –Preguntó harto.
-Eso a ti no te importa –Le respondió secamente y la chica se tapó la boca para no reír- Ahora, discúlpate con la señorita.
-¿Disculparme? -Preguntó atónito- ¡Yo no le debo ni una disculpa!
-Si, se la debes… –Respondió poniéndose enfrente de Ashley-… se la debes por insultarla y por actuar como un imbécil enfrente de ella.
-Mira niño, tú no harás que me disculpe con esa…-Avisó señalándola-… ahora, regresa a tu mesa que este no es asunto tuyo.
-Dije que te disculparas –Volvió a ordenar y Ashley se quedó confundida al ver sobre el hombro del chico como el señor comenzaba a mirarlo aterrado ¿Qué es lo que pasaba?
-P-perdóneme señorita –Se disculpó al fin viéndola con miedo. Tomó su abrigo y salió de ahí como alma que lleva el diablo.
Todos los presentes vieron esa escena confundidos, pero los clientes no le sumaron tanta importancia y volvieron a lo suyo. La chica se encogió de hombros al ver el desastre que estaba en la mesa. La iban a despedir, era lo más seguro. Sin más que hacer, se puso a limpiarla mientras trataba de calmarse.
-Tranquila, no fue tu culpa –Al escucharlo hablar volteó a verlo y sonrió de medio lado.
-Si lo fue –Le confesó apenada- Gracias por… ayudarme –Él se cruzó de brazos y ladeó su cabeza.
-¿Cuándo será la vez que nos veamos sin que estés en problemas? –Rió ante su pregunta.
-Sólo llevamos un encuentro –Le respondió irónica.
-Y con eso me doy cuenta que eres una mujer muy…
-¿Torpe? –Preguntó alzando una ceja.
-Iba a decir distraída, pero creo que torpe también es una buena opción.
-¡Oye! –Volteó a verlo molesta, él rió.
-Era broma –La chica bufó ante su respuesta y siguió limpiando la mesa. Tal vez era mejor cuando lo tenía lejos- Déjame ayudarte –Se ofreció tomando la taza entre sus manos.
-Descuida, yo puedo sola –Le hizo saber quitándosela.
-Como quieras –Dijo poniendo sus manos en su nuca- Por cierto, soy Tom Kaulitz –Dejó de limpiar la mesa para voltear hacia la mano que tenía extendida a su lado derecho. Se enderezó insegura sin quitar la vista de su mano ¿Qué pasa si la toca? ¿Se repetirá aquella pesadilla? Miró sus ojos y sonrió: Los sueños, solo sueños son.
-Ashley Owen –Se presentó al fin estrechando su mano. Y su paranoia se había equivocado una vez más: No pasó nada.
-Lindo nombre –Confesó sonriendo.
-Ah... gracias –Su sonrisa se borró completamente al sentir una vieja sensación, era extraño y loco decir esto pero: Su contacto, su voz, su forma de actuar se le hacían conocidos- Dis… disculpa pero ¿Nos hemos visto antes? -Preguntó ingenua, él rió.
-No creo, soy nuevo en este pueblo, pero tal vez nos conocimos en otra vida –Y ante ese comentario se encogió de hombros y no supo que responder- Bien, me tengo que ir Ashley, nos vemos… luego –Soltó su agarre y ella pudo sentir como sus pies volvían a tocar el suelo después de estar ‘flotando’, bajó su mirada hacía su mano y la cerró con fuerza.
Al volver a la realidad se percató de que Tom ya se había marchado y solo le quedaba la esperanza de verlo otra vez, algún día y también le hizo saber que estaba equivocada: No sería la última vez que lo verá a él y a su auto.
-Adiós… Tom –Y al pronunciar su nombre, esbozó una estúpida sonrisa.
-Hey, hey ya sé porque no aceptaste a ese tal Andrew ¡Es porque tenías a algo mejor entre manos! –Dijo pícaramente Ruth y su amiga no pude evitar reír.
-Sí, algo así –Le respondió ruborizándome.
-¡Ashley!… -Al escuchar esa voz se exaltó por completo, era su jefe.
-Ah… señor, yo…
-No quiero escucharte Ashley –Le dijo extendiendo su mano a petición de que cerrara su gran boca- Mira, no voy a despedirte solo porque es la primera vez que te pasa esto.
-Ay, ¡Muchas gracias! –No pudo evitar esbozar una enorme sonrisa ¡Estaba salvada!
-Pero… -O no-… te quedarás hasta tarde para limpiar la cafetería, no te irás de aquí hasta que este lugar brille de limpio ¿Okey?
-Esta bien señor -¿Qué más podía hacer? Merecía el castigo.

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Mañana sabadito :B subiré cápitulo en la noche :), Disfruten su fin de semana ;) <3

2 comentarios:

  1. uuuuuuuuuu

    q te tiren cafe, y mucho mas hirviendo... no es bonito...

    buen capi...


    ¿quien no se queda estupidizada con esa mirada? ¡Todas!


    esqe...ya, ya, ya

    me voy, antes de empezar a tirar baba

    P.D...oye, una pregunta....¿Como lograste poner la imagen en toda lacabezera, xq yo no puedo, me qeda mal y aparte salid o descentrado?...¿me podrias decir? Solo si puedes, claro

    besos!

    S.K

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  2. Es que yo no edito esta página directamente del blog, uso un programa llamado Artisteer y éste me fácilita las cosas ;)
    Arly.

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