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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

13 jul 2011

Cap. 10 Salvada por un nuevo amigo.

Otro pesado día de trabajo: domingo, último día de vacaciones. Lunes, el día donde regresaba a la universidad, momento que quería evitar todo este tiempo, pero ¿Cómo alargar los días de descanso? O ¿Cómo hacer aquel domingo eterno? Realmente le pesaba la idea de volver a clases, no por los estudios, sino porque había gente que no quería ver, profesores que prefiere evitar y especialmente, había una persona en esas cuatro paredes que no podía ni nombrar.

-¡Ashley! Sale orden para la mesa 11 –La voz del cocinero la sacó de sus pensamientos.
-Ah, claro –Reaccionó torpemente y puso la bandeja en sus hombros dispuesta a llevársela a los clientes.
-Gracias –Le respondieron al unísono aquella familia de cuatro integrantes.
-Provecho –Dijo esbozando una sonrisa y se dirigió nuevamente a la barra para encontrarse con Ruth.
-¿Lista para mañana? –Preguntó preocupada por ella.
-Algo así –Respondió haciendo una mueca. Ruth comenzó a ver a su alrededor y soltó un suspiro.
-¿No es extraño?
-¿Qué? –Preguntó confundida.
-Tom se va y los ataques cesan. No se ha vuelto a escuchar ninguna noticia acerca de eso desde que la tierra se lo tragó –Respondió alzando una ceja- Es una extraña coincidencia ¿no crees?
-Si, pero tú misma lo has dicho: es una extraña coincidencia –Le contestó de la misma forma- Él no es el asesino.
-¿Cómo lo sabes? No lo llegaste a conocer muy bien para afirmarlo –Ashley rió.
-Simplemente lo sé.
Después de eso, todo fue trabajo. Las dos chicas pasaban de un punto de la cafetería a otro en cuestión de minutos, no tenían tiempo si quiera para soltar un suspiro.
-Ashley, un poco de café –Le ordenó Ruth del otro lado de la barra.
-Enseguida –Avisó tomando la cafetera. Se giró, pero antes de llevarle la orden a su amiga, se detuvo en seco al verlo de pie en aquella puerta. Tom había vuelto.
-¡Ashley! –Gritó Ruth e hizo que reaccionara.
-P-perdón –Soltó torpemente y le pasó la jarra llena de café y al acto, observó como Tom tomaba asiento en un lugar diferente, era cerca de la barra pegado a las ventanas. No estaba solo, se encontraba con otro muchacho: complexión delgada, ropa ajustada, pantalón de cuero negro, camisa blanca y con una chaqueta del mismo material que el pantalón, sus ojos estaban un poco delineados y su cabello estaba levantado como si fuese una crespa de un gallo.
Ninguno de los dos prestó atención a ninguno de los presentes, solo se enfocaron en ellos mismos y en su, tal vez, interesante plática. Tom ni siquiera volteó a verla, era como si no la conociese y ni siquiera estuviera interesado en hacerlo ¿Y ella que hizo? Encogerse de hombros y seguir con su trabajo, lo cual, no realizó con la atención debida, no dejaba de mirar a aquél chico de trenzas y es que se preguntaba cómo podía actuar así. A la media hora, él y su amigo abandonaron el establecimiento con –otra vez- un rumbo desconocido y ella aún se encontraba confundida por el comportamiento de Tom.
-Cállate. -Le ordenó a Ruth antes de que ella hablara y se encaminó de nueva cuenta hacia la barra dejándola con las palabras en la boca.
Después de ese momento tan extraño y simple, su jornada de trabajo fue tranquila exceptuando los nervios que le empezaron a surgir al pensar que al día siguiente entraría nuevamente a clases.

















-Hasta mañana Ashley –Se despidió Ruth subiendo a su auto.
-Adiós –Le respondió y caminó hacia su querido hogar.
Todo se encontraba tranquilo –Como siempre- Tal vez era lo bueno de vivir en un pueblo donde el total de habitantes es de 205 personas.
-¿Ah? –Exclamó confundida y detuvo su paso al escuchar como una ramilla se quebraba detrás de ella. Al girarse, no había nada más que ese palo destrozado; ella vio los trozos anonada y continuó su rumbo.
Pisadas, eso era lo que se escuchaba ahora. Ashley volvió a girarse y caminó en reversa y al ver que otra vez no se trataba de nadie, decidió continuar su camino nerviosa.
-Agh –Se quejó al sentir un golpe en su nariz. Al abrir sus ojos, notó que era el pecho de un hombre y al acto retrocedió de un brinco y lo miró asustada.
No quería problemas, así que decidió cruzar la calle al ver que ese chico le sonreía, algo le decía que esa sonrisa no era porque quería ser su amigo. Al verlo de reojo, se percató de que la seguía observando mientras jugaba con su cadena en forma de estrella. Ella soltó un suspiro y caminó más rápido.
Más pisadas. Ashley se abrazó a sí misma y volteó despistadamente hacia atrás y al ver que otro chico la seguía, aceleró aún más su paso. Otros dos, a tan solo tres metros de donde se encontraba, salieron de dos respectivos callejones y se recargaron en la pared solo para observarla. Y así se dio cuenta: estaba en problemas.
Detuvo completamente su marcha y comenzó a buscar una salida. Al girarse, se percató de que los otros dos chicos que había dejado atrás ya se encontraban a tan solo cincuenta centímetros de distancia. Pasó saliva con dificultad mientras sentía como sus brazos le comenzaban a temblar, estaba rodeada, no sabía para donde correr.
-¡Ven! –Ashley lo vio anonada al percatarse de que ya se encontraba en movimiento gracias al agarre de sus manos.
Por poco y caía, era demasiado rápido, pero reaccionó a tiempo y comenzó a correr aunque aun así la llevaba casi a rastras. La curiosidad le había ganado al fin y volteó hacia atrás, los cuatro chicos los seguían y también, se encontraban demasiado cerca para su gusto.
-¡Ah! –Gritó al impactar su cara contra el suelo.
-¿Estás bien? –Le preguntó asustado.
-S-sí –Le contestó torpemente tocando su nariz. La chica de cabello negro alzó su cabeza y lo vio atónita, jamás pensó encontrarlo a él en esos lugares y mucho menos en esta situación. Los dos voltearon hacia atrás y vieron que esos enfermos se acercaban cada vez más.
-Levántate –Le ordenó estirando su mano y la cargó para llevarla en su espalda.
La brisa helada golpeaba su rostro con fuerza, había comenzado a correr otra vez. Sorprendentemente, seguía igual de veloz a un con peso encima suyo. Ashley lo miró asombrada, era demasiado fuerte.
Al ver que ya no había rastro de esas cuatro personas, se detuvo en una de las pocas calles de la colonia de la chica y al bajarla la encaminó hacia uno de los automóviles para tomarlo como escondite.
-Creo que los perdimos –Le avisó jadeando por el cansancio.
-S-si… Gracias Andrew –Soltó apenada. Él se enderezó y dio una pequeña sonrisa.
-No hay nada que agradecer –Los dos sonrieron y se dejaron caer para poder recuperar el aliento.
Andrew, no era una mala persona después de todo.

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Miércoles, mitad de semana <3! Saludos(:

3 comentarios:

  1. ¡Ash!se menzo!

    Yo pense que era mi hermoso Bill!...

    Ese Andrew...Se trae algo entre manos...¿Que sera?


    Buen capi!


    Besos!


    S.K

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  2. Andrew o_O algo se debe traer ese ¬¬ estoy segura que algo hiso Thomas wq parece que no le bastó con intentar matarme u_ú ajwajaj que onda Tom que entra al café pero no le habla ._. y entro con Bill e_e yo lose porque ahí dice ropa ajustada (H)quien mas usa ropa asi para seducir gustaves ?) ajaja quiero MAS :D

    tkkkkkkkkkkkkkkkkkkkkm <3

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