-

-
Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

16 oct 2011

Cap. 53 Aparición.



— Es mejor que regreses. –Habló Beatriz y la ayudó a levantarse- Pronto amanecerá y no has dormido nada, tienes que descansar. –Le recordó y al no tener respuesta de Ashley, inquirió-: Te hará bien.
La chica negó.
— Al cerrar mis ojos, sólo tengo pesadillas… no, no me hará bien. –Beatriz hizo una mueca.
— Sabes… aún no has comido.
— ¿Y?
— Antes, cuando yo era… humana, solía preparar un té que te ayudaba a dormir sin interrupción alguna, te lo puedo hacer si quieres. –Ofreció dando una pequeña sonrisa. Ashley meditó un momento, pero lo aceptó al cabo de un minuto: quería volver a dormir, necesitaba desconectarse del mundo aunque sea por un par de horas.
En efecto, aquél té le ayudó a que le entrara un enorme sueño y poco a poco sus ojos se iban cerrando con facilidad.
— Espero que estés cómoda en el sofá. –Deseó Andrea, la única habitación de la cabaña ya estaba ocupada por Ruth y por ende, sólo quedaba el sillón para poder dormir.
— Lo estaré. –Aseguró, además, había dormido en lugares mucho peores.- ¿Sabes a dónde fue Kerstin? –Preguntó sentándose para después, recostarse.
Andrea negó.
— Tal vez está con Bill ¿sabes? Él tampoco está pasando por un buen momento… él perdió a un hermano. –Le recordó.
Ashley miró la tela del viejo sofá para después, exclamar-: Él me culpa por lo que le ha pasado a Tom…
— No lo escuches, todos estamos desesperados que hemos llegado al punto de hablar por hablar…
— Pero tiene toda la razón. –La interrumpió- Es mi culpa, de una forma, yo orillé a Tom a hacerse daño… -Lo confesó con un nudo en la garganta.
— Para serte sincera, no todo es tu culpa, piénsalo. –Finalizó con seriedad.
Ashley sólo vio a Andrea salir de la cabaña, después, bajó su vista hacia el oscuro pasillo que daba con la habitación donde yacía su amiga y sin evitarlo, engarruñó su cuerpo para abrigarse un poco al sentir como una brisa helada la acarició sin piedad.
— Si me voy con ellos, te salvarás Ruth –Le murmuró al pasillo- pero Tom… no lo hará.
Sus ojos no podían mantenerse abiertos por más tiempo, era inútil el esfuerzo para no cerrarlos y sin darse cuenta, perdió la batalla al fin: se quedó dormida.

























Los cuatro cuerpos vacíos fueron tirados como basura y formaron una pequeña pila, para ellos, eran basura. Pitts y Christian estaban a punto de terminar de comer gracias a dos muchachas, Jinxx y Purdy se regresaron al pueblo a buscar más comida, por alguna razón, se encontraban más hambrientos de lo normal y su líder, esperaba paciente sentado sobre las raíces de un árbol que sus discípulos llegaran con más victimas mientras jugaba con el encendedor de uno hombre que le sirvió de alimento, al fin y al cabo, no lo ocuparía más.
— ¿Divertido? –Cuestionó Tom y alzó una ceja. Andrew no respondió, su mirada se había perdido en la llama que salía del pequeño aparato de gas: le fascinaba el saber que podía soportar la luz y el calor del fuego… se estaba volviendo más poderoso.
Tom bufó. — Fui donde nuestro hermano, al parecer, la chica no está con ellos. –La pequeña llama se extinguió, Andrew le prestaba atención. – No logré percibir su energía, ni escuchar sus pensamientos.
— Ella está con Bill. –Aseguró volviendo a encender la llama. Tom gruñó.
— No lo está, ¿acaso no me escuchaste?
— Conoces a nuestro hermano –Murmuró viendo con atención el fuego- Sabes muy bien que él mantiene cerca a sus protegidos, nuestro sagrado alimento se encuentra en la cabaña. –La llama se volvió a extinguir.
— Entonces, ¡¿por qué no la pude percibir?! –Preguntó furioso- ¡se supone que soy más fuerte! –Andrew alzó la vista hacia Tom: su cuerpo recibía descargas ocasionando temblores en sus brazos y tórax.
Andrew sonrió. Hace siglos que Tom no bebía siquiera una gota de sangre humana, su cuerpo se había desacostumbrado tanto a ese poder que, ahora que lo volvía a tomar, le ocasionaba un descontrol total en su sistema, incluyendo, su mente.
— Tranquilo Tom, el eclipse lunar está muy cerca.
— Tú no lo entiendes, ¿cierto?... ¡Necesito matar a Ashley ya! –Gritó desesperado haciendo que su pálido cuerpo temblara más. Un agudo dolor atravesó su pecho, algo dentro de él quería lastimarlo antes de que la lastimara a ella, pero Tom lo desvaneció a los poco segundos.
— Con que así se llama, Ashley… Interesante. –El de trenzas entrecerró sus ojos confundido-… es divertido ponerle nombre a la comida –Rió- ¿Tú se lo pusiste? –Preguntó animado.
— ¿Qué? –Balbuceó perdido.
— ¿O te lo dijo Bill? Bueno, ya era momento de saber el nombre de nuestra energía… ¿no crees?
— ¿De qué mierda hablas? –Cuestionó desconcertado.
— O vamos Tom, llevamos un buen tiempo tratando se saber cómo se llama, así se nos hará más fácil acercarnos a ella. –Le aseguró palmeando su hombro- Por cierto, ¿ya la conoces físicamente? –El de trenzas no contestó- ¿no? Tranquilo, no es la gran cosa, además, pronto tendrán el placer de conocerse… ¡Oh! Llegaron con más comida al fin. –Exclamó feliz al ver a Purdy y a Jinxx con tres chicas inconscientes- ¿Vienes? –Tom negó mirando a la nada.- Como quieras hermano… -Finalizó dándole una última palmada a su hombro.
No pudo evitar dar una sombría sonrisa. Al parecer, podía meterse en la mente de su hermano con facilidad después de que éste bebiera sangre humana, pronto, podía borrar todos sus recuerdos acerca de Ashley, Aubrey, Bill y sus seguidores para así, manejarlo a su antojo.
Tom se quedó viendo la tierra, la herramienta se llamaba Ashley, pero eso él ya lo sabía desde hace tiempo ¿o no? Su memoria quedó en blanco.
El crujir de las hojas se dejó escuchar a unos metros de donde se encontraba, el de trenzas, alerta, se giró dispuesto a atacar pero bajó su guardia al ver que se trataba de un pequeño niño de no más de 6 años. Frunció el ceño, él conocía aquél niño, estaba seguro que ya había visto su rostro en alguna parte; el pequeño, miraba con suma atención a Tom y tenía su cabecita ladeada, el de trenzas, confundido, comenzó a caminar hacia él pero al acercarse, el niño corrió para internarse a la zona más frondosa del bosque.
Espera. Suplicó Tom en sus pensamientos pero no pudo seguirlo ya que una mujer le impedía el paso.
— Tom, Andrew me dijo que no quieres comer… -Inquirió Verónica.
— Ya comí. –Gruñó sin dejar ver la zona frondosa del bosque, quería ir tras el pequeño ¿por qué? No lo sabía.
— Pero necesitas más energía, el eclipse se acerca… -Insistió y tomó su mano-… vamos amor, antes de que amanezca. –Y dicho esto, lo jaló hacia donde se encontraban los demás.
— Decidiste unírtenos. –Exclamó Jinxx dejando caer el cuerpo ya sin vida de la muchacha- Hey Tom, ¿pasa algo?
— Si, aquí estaba un niño… ¿ustedes no lo vieron? –Preguntó volteando a verlos, pero todos se miraron extrañados y después rieron.
— Ya estás alucinando. –Aseguró Pitts recostándose en la tierra. – Aquí no hay nadie más que nosotros, y la basura de allá. –Señaló la pila de cuerpos.
— Cállate imbécil, estoy seguro de que vi a un niño. –Dijo molesto.
Verónica y Andrew se dieron una mirada rápida, Tom debía empezar a olvidar todo.
— Es mejor que comas, amor, al parecer, lo necesitas. –Volvió a insistir verónica y jaló su playera, Tom apartó la vista de dónde había desaparecido el niño hace unos minutos y sacudió su cabeza volviendo un poco en sí más la duda no se marchó, ¿quién era ese niño y por qué fue el único que pudo verlo?

16 de Marzo. 5: 30 de la tarde.
— Nosotras nos quedaremos para resguardar a Ruth. –Le avisó Andrea. Ashley sólo veía a Georg y Gustav preparar el auto con el cual se iban a marchar del país.- Kerstin irá contigo.
— ¿Estarán bien solas? –Preguntó volteando a verlas.
— No nos subestimes por ser mujeres, somos más fuertes de lo que crees. –Aseguró Beatriz esbozando una sonrisa- Verás que cuando estés fuera de aquí, todo mejorará… suerte. –Le deseó brindándole un fuerte abrazo, para después, entrar a la cabaña.
— Debes procurar que Georg y Gustav no se maten, son demasiado tercos para tomar decisiones, además… si se lastiman ¿qué haremos nosotras? –Preguntó dando una pequeña sonrisa, Ashley correspondió el gesto, pero la sonrisa se desvaneció para voltear a ver a los dos hombres nuevamente.
— Andrea… ¿no tienes miedo?
— ¿De qué?
— De que cuando ellos se enfrenten… Georg pueda…
— Siempre, pero procuro mantener conmigo una frase que hace que me mantenga tranquila y que me logra asegurar que lo tendré en mis brazos una vez más. –Ashley la vio con atención.
— ¿Cuál es?
— El bien siempre triunfa contra el mal.
— ¡Todo está listo! –Se escuchó el grito de Georg.
— Nuevamente, mucha suerte Ashley. –Se despidió apretando su mano y al igual que Beatriz, entró a la cabaña.
La chica se quedó inmóvil: “El bien siempre triunfa contra el mal”, esa frase era cierta pero… algo le advertía que en esta ocasión, habrá una excepción.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario