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Tercera novela. (Fandom: Tokio Hotel/ HIATUS)

15 abr 2012

Capítulo dieciséis

Tom estaba sentado en una orilla de la cama, avergonzado y sin saber que decirle; ni siquiera sabía el por qué había decido ir con ella y no con Andreas o con otra persona, simplemente pensó en una persona con la que podía desahogarse y ella fue la primera que apareció en su mente y aún no comprendía aquella razón. Kimberly, estaba en el otro extremo con las manos entre sus piernas y su vista enfocada en ellas; se sentía incómoda, su guardia no hablaba cuando sabía exactamente que quería hacerlo y lo que ella se preguntaba ¿por qué vino a verla? Ella no era buena con las conversaciones y aunque quería ganarse su confianza prefería mil veces que Tom no le contara absolutamente nada de su vida, no quería saber nada de él pero —volteó a verlo—, le inquietaba saber el por qué de su triste mirada.

—Lo siento —espetó Tom poniéndose de pie—, no sé porqué vine aquí… no quiero molestarte más de lo que ya hago, mejor me voy —se despidió apretando sus labios; Kimberly suspiró. 

—No me molestas, además, ¿qué de interesante puedo hacer a estas horas que no sea dormir? —Tom rió— como te habrás dado cuenta, no tengo sueño así que... uhm, si quieres platicar, adelante. —Se animó a decirle; si quería ganarse su confianza quiera o no, tiene que escucharlo cada vez que desee hablarle, pensó. 



Tom hizo una mueca. 

—Tengo un hermano gemelo —soltó sin más—, y… bueno él… él sufrió un grave accidente —cerró fuertemente los ojos.

«Basta de contar las cosas a medias», pensó viéndola a los ojos. 

—¿Accidente? —le cuestionó. 

—Un accidente causado por mí. —Por fin lo dijo— He pasado mucho tiempo esquivando este tema, pero ya no puedo más; la gente ha dado sus versiones y necesito decir la verdadera historia porque ya no soporto más que me señalen a mis espaldas por cosas que no son verdaderas —Kimberly pasó saliva con dificultad y lo miró atónita más no le dijo nada, no sabía que decir. 

—Era el cumpleaños de una amiga… yo me pasé de copas y mi hermano Bill decidió sacarme de aquél lugar antes de que siguiera tomando, él manejó…

… La música estaba demasiado alta gracias a mí y yo la disfrutaba con mi última cerveza en mano; bebía como nunca antes lo había hecho ya que también festejaba la mudanza a un departamento, lejos de mi madre, sólo Bill y yo sin alguien que nos diga qué hacer, cómo hacerlo, cómo vivir, cómo vestir, cómo actuar, no, nada de eso existía ya, sólo nuestras reglas. 

—Demonios Tom, tu música ya me estresó —gruñó Bill apagando la radio. Ya habíamos entrado a la carretera. 

—¡Hey! —Grité frunciendo el ceño y volví a encenderlo— No seas aguafiestas hermano, hay que continuar el festejo por nuestro nuevo departamento —sonreí y Bill también lo hizo. 

—Creo que ya festejaste mucho por ambos —aseguró bajándole al volumen y extrañamente sacudió su cabeza. Estaba tan borracho que lo único que hice fue reírme- ¿Apenas te está haciendo efecto el alcohol? 

— No. —Murmuró cerrando por dos segundos sus ojos y me miró de reojo— Ya deja de tomar, dame eso —me ordenó señalando la cerveza. Yo negué.

— Ya me la voy a terminar. —Le aseguré apartando su mano y reí.

Bill también lo hizo pero calló ya que volvió a sacudir su cabeza de esa manera extraña. 

— ¿Qué te pasa? —Le cuestioné dándole un sorbo a mi bebida.

—Nada —Me respondió de mala gana y volteó a verme—. Por favor, deja de tomar… me estás poniendo de nervios. 

—No es la primera vez que manejas conmigo borracho. –Le recordé y Bill hizo una mueca.

—Es diferente.

—¿En qué? —Bill se quitó el cinturón de seguridad y ligeramente movió su cabeza.

—No lo sé, simplemente lo es. Por favor, baja la cerveza –me volvió a pedir. 

— Ya falta poco –le aseguré meneando la botella— ¡Tranquilo! —Grité esquivando su mano. 

—Tom, bájala, es enserio —Y trató de quitármela otra vez. 

— ¿Qué demonios te sucede Bill? —Cuestioné alarmado y me pesqué de la puerta al sentir que el carro perdía el control por un momento— Bill, ¿qué te pasa? 

Mi hermano sólo negaba.

— Nada… —su voz no sonaba como antes, parecía que le faltaba la respiración.

—¿Bill? —Murmuré bajando la botella al fin y poco a poco mis sentidos iban reaccionando; yo conocía aquella mirada, algo no estaba bien con mi hermano—. Bill, no te sientes bien, ¿cierto? 

—Estoy bien… sólo… sólo deja de tomar –me pidió por lo bajo a lo que yo asentí. 

—Ponte otra vez el cinturón. 

—Deja de tomar. —Pidió en susurro.

—Ya no lo hago, ponte el cinturón —contesté alarmado al percatarme de que cabeceaba.

— Deja de tomar… —cada vez se le entendía menos—. Deja… deja… 

—¡Bill! –Grité, se había quedado inconsciente y todo comenzó a suceder muy rápido para mí.

El carro perdió poco a poco el control y escuché el clacson de otro automóvil que venía justo enfrente de nosotros y como acto reflejo, moví el volante y ya no supe nada más. 

Kimberly no lo miraba a los ojos mientras que Tom no despegaba su ahogada vista de ella; su guardia lloraba y Kim no tenía la fuerza de mirarlo, ya no quería escucharlo. 

—No sé porque decidí contarte esto a ti y no a un amigo cercano, sinceramente no lo sé —confesó con un nudo en la garganta—. Yo no te conozco y tú no me conoces a mí pero… sentí que serías a la única persona que le importaría escucharlo.

—¿Por qué sentiste eso? —Cuestionó con dificultad—. Como dijiste antes, no nos conocemos… —Siguió sin verlo—… tal vez me vale un comino tu historia y tal vez ni siquiera te escuché.

—Pero lo hiciste, me escuchaste y lo sigues haciendo y lo haces porque te importa los sentimientos de los demás. 

—¡Eso no lo sabes! —Le gritó mirándolo de golpe, sus ojos advertían enojo.

— Si, eso lo sé… por la noche anterior. —Le recordó y Kimberly apretó sus labios.

—Vete. Has estado aquí mucho tiempo y ya no quiero verte; vete y llévate tus estúpidos problemas contigo… eso no me incumbe. 

Se levantó dispuesta a sacarlo a patadas. Pero Tom comprendió el mensaje al ver su mirada. 

—Lo siento, ya no diré nada más. —Aseguró retrocediendo— Espero que eso no arruine nuestra amistad.

—¿Amistad? —Soltó incrédula— ¡Por dios! Llevamos de conocernos un día ¡¡un día!! ¿Y para ti eso ya es amistad? Eso no es nada, ¡nada! Ya vete por favor, quiero dormir —ordenó caminando hacia la cama para acostarse y ocultarse bajo la sábana solamente para no verlo más. 

Tom se encogió de hombros y sacó las llaves; ¿por qué pensó que sería buena idea? Todo fue un error y la poca confianza que había entre ellos se había terminado. 

Al estar afuera, soltó un pesado suspiro y volvió a mirar la pequeña ventana que daba a la habitación. Increíblemente, se sentía un poco mejor porque aunque ella no haya querido, lo escuchó con atención y eso le ayudó a sentirse un poco mejor.

Kimberly se aferró fuertemente a la cama al escuchar que los pasos de su guardia se alejaban y volvió a respirar. 

—¿Estás bien Kimberly? —Escuchó que le preguntaba Bill. 

—Te dije que no quería saber nada acerca del accidente y nada acerca de sus vidas; te dije y te repetí que no quería saber nada de nadie. 

—Si, lo sé, ¿pero él como lo iba a saber? 

—No lo sé —respondió en susurro. 

Ella no quería saber nada acerca de los demás porque cuando quería saber, los demás la ignoraban, cuando quería ser escuchada nadie le prestaba atención, cuando quería contar un secreto… nadie estaba ahí para escucharlo. Pues bien, a ellos no les importa, a ella le importa menos. Que se pudran todos con sus problemas y que aprendan a vivir con ellos; ella lo hizo, ¿por qué lo demás no? 
Por un momento había olvidado ese gran motivo, pero agradeció recordarlo en el momento justo; ya no dejaría que la curiosidad le ganara nuevamente. 

Escuchó una difícil respiración cerca de su oído, uno de sus tantos “inquilinos” había aparecido en el momento menos oportuno. Kimberly no tenía la valentía de enfrentársele, así que sólo apegó más la sábana a su cuerpo y cerró fuertemente los ojos.

—Vete. Vete. Vete. Vete. Vete —rogó en murmuró hasta que no lo escuchó más; fue ahí cuando pudo dormir al fin.


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Aquí está el capítulo 16 c: espero y lo disfruten *.* un poco triste :c pero ojalá y sea de su agrado. Mañana todos devuelta a clase (?) buena suerte :D ¡las quiero! <3 

3 comentarios:

  1. Dois pobre Bill.!!
    Pero algo le paso para que sele vaya la respiracion...
    Kim que mal trataste a Tom...
    Siguela la fic esta super interesante..
    Bye

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  2. Estoy en mis días de depresión,
    así que no aguante las lagrimas.
    Realmente siempre me llegan tus historias,
    Síguela, me encanto el capi<3
    Ahora me largo a arreglarme para la
    escuela, cuídate, adiós.

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  3. Ay! Voy a chillar!

    Pobre Tom, él sufriendo y ella de grosera!!!... Si bien que lo quiere, pero se hace!!!

    Muy bueno!!!... aunque muy triste :(

    Sube pronto!

    Besos!


    S.K

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